Octubre provoca inquietud. Pinta feo por culpa del coronavirus. Y ha pasado de ser el mes más esperado por los zaragozanos por la llegada del Pilar a ser un periodo en el calendario que ahora, si se pudiera, se obviaría por completo. Las ‘no fiestas’, tanto las celebradas durante el verano que tantos efectos negativos en forma de casos han provocado como las venideras, preocupan a las autoridades y encienden la alarma en el sistema sanitario. Una mala gestión de la contención social, la picaresca para celebrar reuniones familiares o de ocio a pesar de estar prohibidas y la movilidad fruto del puente festivo puede desembocar en una crisis.

«Si ahora mismo tuviéramos un pico asistencial, habría un problema en las ucis. A la mínima, cualquier evento como las ‘no fiestas’ nos hacer estar al límite en estas unidades, que están llenas o casi llenas», reconocía a este diario Andrés Carrillo, jefe de uci en el hospital Miguel Servet de Zaragoza. «Si llegaran 4 o 5 pacientes de golpe, sea con coronavirus o fruto de otras patologías o acciones como un accidente múltiple, no podríamos dar una respuesta como queremos sino que tendríamos que derivar», insistía.

Estas unidades, que acogen casos muy graves, con tasas de mortalidad alta y donde las estancias de los pacientes son duraderas, llevan semanas en una fase meseta don de las cifras de ingresos están estancadas entre los 62 y 64 pacientes: ni suben ni bajan. «Lo suyo es que progresivamente deberían descender los ingresos, para hacernos estar más tranquilos, pero por cada paciente que sale entra otro. No acaba de controlarse la situación y eso genera, por supuesto, inquietud e incertidumbre», añadió Carrillo. La situación actual, con ese equilibrio constante de cifras en uci, permite «tener capacidad de respuesta», pero «a la mínima, con cualquier evento social como el Pilar, nos ponemos en el límite», apuntó el especialista. Lo ideal, según recoge la literatura científica, es disponer de un 20% de camas libres en uci. «Si tengo dos camas libres en cada una de las cuatro unidades de uci eso da mucha tranquilidad», explicó.

En cualquier caso, el sanitario indicó como «positivo» que los ingresos en las ucis «son por goteo» y «no tienen nada que ver con la primera oleada», aseguró. «Que llegue uno cada tres días hace que nuestra capacidad de respuesta sea mejor para poder valorar el caso en planta durante varias horas, con recursos, y tomar decisiones. Aunque esto no quita que, si vienen varios, lleguemos a una situación de bloqueo», reconoció Carrillo.

El número de ocupación de camas uci «refleja la realidad de lo que está pasando en Aragón», añadió el especialista, quien apuntó que «la tendencia de hospitalización empieza a bajar y tenemos comprobado que, una semana después, los ingresos en uci también descienden», dijo.

ESCENARIO DE CONTROL / También la consejera de Sanidad del Gobierno de Aragón, Sira Repollés, se mostró optimista respecto a la evolución: «La curva que se ve es descendente», aseguró. Lo mismo que Francisco Javier Falo, director general de Salud Pública: «Hay una situación sensiblemente mejor que hace unas semanas y la tendencia parece que va hacia la estabilización o incluso el descenso», añadió.

Sin embargo, las fiestas del Pilar siguen en el horizonte y eso hace temer cualquier situación de posible control. «No estamos para darnos concesiones en espacios de ocio y en celebraciones sociales, sencillamente no podemos permitírnoslo. Todas aquellas circunstancias que lo favorezcan nos van a poner más difícil cualquier escenario de control», se mostró tajante Francis Falo.