Pedro Santisteve hizo balance ayer de sus cuatros años al frente del Ayuntamiento de Zaragoza. Un repaso triunfalista en clave electoral que daba a entender que la legislatura ha sido perfecta y que todo le ha salido redondo. Y no ha sido así, porque su día a día ha estado marcado por la crispación y la falta de apoyos. «No hay vuelta atrás. El cambio es irreversible. Y Zaragoza ya no volverá a ser la misma. Así de contundente y sencillo es el mensaje que hoy quiero transmitir», comenzó diciendo rodeado de sus concejales tratando de dar una imagen de unidad cuando la crisis interna que vive ZeC hace meses que es difícil de esconder.

El primer edil destacó que con ZeC al frente se ha logrado reducir la deuda municipal, actualizado las bonificaciones para del IBI o la plusvalía, se ha diseñado planes para evitar la exclusión social o la pobreza infantil y se ha ampliado notablemente el parque de vivienda pública. También se ha renovado la flota de autobuses urbanos, impulsado y fomentado su uso (con la gratuidad para menor de 8 años) y el de la bicicleta en detrimento del coche privado y se han fiscalizado las contratas públicas. Pero aún hay más, porque presumió de haber iniciado la renovación de uno de los emblemas de la ciudad, el Mercado Central, de hacer eliminado los vestigios del franquismo y de haber diseñado los presupuestos participativos.

«Cambios que difícilmente van a deshacerse», aseguró Santisteve. «Desde la humildad», apostilló, «el Gobierno de ZeC ha propiciado cambios profundos en esta ciudad y en la institución, en la participación de los vecinos en las políticas públicas, en la forma de gestionar el dinero y el espacio público».

PENDIENTE

De lo que no habló ni en su discurso ni durante las preguntas de los periodistas fue de aquellos proyectos que siguen en la lista de tareas pendientes ya sea porque no los han llegado a impulsar o porque no han contado con el consenso para hacerlo. Nada dijo de la rehabilitación integral de Pontoneros, del Plan de Inversiones en Vivienda -paralizado por la negativa del PSOE-, de la adecuación definitiva de la avenida Cataluña, o de las de Tenor Fleta y el Palacio de Fuenclara, así como de las escuelas infantiles en Valdespartera.

MUNICIPALIZACIONES

Para Santisteve, lo que se ha quedado en el tintero es la reforma de la administración local, la simplificación de los trámites o la descentralización administrativa. Pero obvió que no han logrado sacar adelante ninguna de las municipalizaciones que han tratado de impulsar. O que algunas de las promesas electorales que sí han cumplido lo han hecho utilizando la fórmula del decretazo, como la reforma de la Policía Local.

Innegable es que ha sido el primer alcalde que ha rendido cuentas ante los vecinos. Que se ha expuesto en sus tardes de café celebradas en los centros cívicos a las quejas de los ciudadanos. Admitió, por ejemplo, que uno de los mayores reclamos era la operación aceras, que no se llevó a cabo porque la oposición lo «impidió». Sobre este bloqueo, Santisteve reflexionó que en Zaragoza ha sucedido lo mismo que en el resto de España. «En una situación política tan crispada, estando en minoría, el grado de agresividad ha sido muy fuerte porque unos partidos no han asumieron la derrota de las elecciones y otros no se han sabido adaptar», aseguró.

Según explicó, ante este panorama ZeC tuvo que adoptar una posición defensiva «lógica». Preguntado por sus errores, Santisteve se limitó a decir que han sido «deudores de la situación política», algo que les ha influido a la hora de gestionar. Acusado por la oposición por su falta de diálogo, el primer edil aseguró que «el debate se ha abierto a todos los ámbitos» y responsabilizó a los grupos de que no haya habido consenso. Pese a esta situación, presumió de haber aprobado tres presupuestos y otros tres proyecto de ordenanzas.

Al margen de la crispación, Santisteve se mostró seguro de revalidar. Una seguridad que tradujo en necesidad porque muchos de los proyectos que han impulsado han comenzado a rodar ahora y sus frutos se verán en la próxima corporación. Por eso, dijo, tienen que seguir para terminar el proyecto del cambio iniciado.