El Ayuntamiento de Zaragoza se va tomar con calma el cambio de modelo de la Policía Local, pese a que mantiene su intención de darle un carácter más social, centrado en la prevención y en la mediación más que en el castigo al infractor. El alcalde Pedro Santisteve expuso ayer ante los medios, en la celebración de la patrona del cuerpo, la Virgen del Portillo, que será un tema "lento" de abordar, con una planificación "a años vista".

La respuesta venía a colación de la eterna pregunta sobre el futuro de la Unidad de Apoyo Policial Operativo (UAPO) de la Policía Local, que el programa electoral de Zaragoza en Común (ZeC) apostaba por disolver. Santisteve tampoco negó la posibilidad, pero sí advirtió que en su Gobierno no va a entrar "como un elefante en una cacharrería" a la hora de cambiar la estructura del cuerpo. Además de la promesa electoral, el alcalde ha sostenido en varias ocasiones que habría que reorientar la unidad, dado que sus funciones son propias de la Policía Nacional.

SIN FUNCIONES

Mientras, la unidad está en una especie de limbo, relegada a tareas de perfil bajo, según confirmaron fuentes del cuerpo y sindicales. Como ha venido publicando este diario, se la ha apartado del barrio de La Magdalenta y del Rastro, cuyo control asumió la Unidad de Protección Ambiental y Consumo (UPAC). Otro de los servicios, por cierto, para los que sonaban fusiones que no acaban de llegar.

Así, según apuntaron fuentes de CSL y CSIF, los componentes de la UAPO se encuentran sin mucho que hacer, con un futuro incierto y con cierta sensación de falta de apoyo por parte de la Jefatura. De hecho, uno de los sindicatos ha presentado una propuesta para que los mandos sigan las informaciones aparecidas en los medios y en los comentarios de internet que puedan dar una mala imagen del cuerpo, y "actúen en consecuencia" (sic).

Tanto el alcalde como la concejala delegada de Policía Local, Elena Giner, hicieron ayer alusión en sus discursos a un cambio de modelo del cuerpo, para el que contaron con los agentes, a los que agradecieron su esfuerzo. Así, Santisteve expuso que "la prevención y seguridad urbana la debemos contemplar desde la óptica de un derecho compartido". Y añadió que "el respeto, el cuidado al otro, la cercanía, la buena convivencia y la sensibilidad son los valores que queremos transmitir. Y es, al mismo tiempo, lo que deseamos que de vosotros perciban los zaragozanos y zaragozanas: vocación de servicio".

Por su parte, Giner se dirigió a los agentes: "Sabéis que creo en una Policía cercana, dedicada a mejorar la vida de los vecinos y vecinas, dirigida a la resolución de conflictos y, en definitiva, dedicada a hacer de Zaragoza una ciudad más amigable, justa y mejor".

Los sindicatos coincidieron en que los prometedores inicios negociadores con el consistorio se están quedando en poco en las últimas semanas. Quizá, aventuraron, por la proximidad de elecciones. "Incluso los cambios de calendarios, que estaban muy avanzados, han quedado en stand-by", lamentaron.

Si la negociación laboral está estancada, otro tanto puede decirse de los cambios más concretos en unidades. Giner no lo dijo explícitamente, pero apuntó más a la "formación transversal" de los agentes --se ha doblado el presupuesto en el área-- que a la creación de grupos especializados propiamente dichos.

Para el sindicato CSL, esta alternativa no sustituye a un grupo, y recordó que, salvo futuras mejoras, con los cursos de mediación de dos horas recibidos no se cambia de modelo.