El cruce de acusaciones entre DGA y Ayuntamiento de Zaragoza se mantiene. El alcalde de la capital aragonesa, Pedro Santisteve, rechazó ayer las críticas de «deslealtad» que el consejero de Desarrollo Rural, Joaquín Olona, vertió contra el consistorio por la posición contraria de este al Impuesto de Contaminación de las Aguas (ICA).

El regidor aseguró que «no deja de tener su gracia» hablar de la lealtad de Zaragoza y del ayuntamiento cuando quien está cuestionando el impuesto y la forma de aplicarlo son, precisamente, «las entidades de consumidores».

Respecto a la posibilidad de que se aborde una modificación de la tasa, Santisteve aseguró que no le «sirve de nada» que se ofrezca este diálogo después de dos años de Gobierno en los que no ha habido conversaciones ni avances. Antes sería necesario realizar la «prometida auditoría» del Instituto Aragonés del Agua (IAA), concluyó.

«Las bondades del ICA las puede explicar en tanto en cuanto la auditoría del IAA se realice, y una vez realizada, y cumplidos los criterios de transparencia, hablaremos del modelo de gestión del agua, algo que la Red Aguas Publicas ya ha puesto sobre el tapete», precisó.

Y reclamó también la implicación de otros miembros del Gobierno de Aragón que anteriormente tuvieron responsabilidades en el consistorio. «Hace falta que lo diga además el consejero de Hacienda, Fernando Gimeno», indicó para responder a la acusación de que la actitud del consistorio zaragozano con el tributo ambiental «carece de validez». Para el alcalde esto se debe a que Gimeno es «una persona que no ha tenido palabra con la ciudad, cambiando de discurso» en cuanto pasó de consejero municipal a formar parte del Gobierno de Aragón.