La reunión del ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, con el alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, sirvió para que el Gobierno central ofreciera la cesión «inmediata» de la avenida Cataluña al ayuntamiento. Se haría, dijo el ministro, «con la mayor celeridad posible». Y el primer edil se mostró comprensivo y visiblemente satisfecho por arrancar un compromiso político que, en lo económico, dista poco o nada de lo que ofrecieron anteriores gobiernos estatales a la ciudad. Porque se trataría de impulsar la entrega de este vial de más de 4 kilómetros de longitud a cambio de los 1.300.000 euros que cuantifican los estándares en cesiones similares (precio por kilómetro). Estos, además, se abonarán en especie, con la renovación del asfaltado desde la plaza Mozart hasta la conexión, en Santa Isabel, con la N-II. Y ni un céntimo más.

La diferencia esta vez es que Zaragoza acepta las condiciones --«son buenas noticias», dijo-- solo por dar luz verde a una reforma integral cuyo proyecto, ya redactado, se cuantifica en más de 8 millones y que, añadió, la ciudad tratará «de afrontar de la mejor manera posible».

NO HAY CAFÉ PARA TODOS

«El ministerio tiene que repartir café para todos por igual y no puede nadie exigir por encima de sus posibilidades», añadió Santisteve, quien evitó dar una respuesta hasta que no lo consulte en el consistorio con el resto de grupos municipales. Pero su opinión quedó patente al recordar la «necesidad imperiosa de empezar a arreglar» una avenida que los vecinos vienen reclamando «desde hace varios lustros».

Santisteve, durante la reunión, le pidió a De la Serna que entregara la totalidad del coste, y este se negó. Luego le propuso que cumpliera con la mitad del coste de la reforma al menos, y también se negó. La cifra es innegociable. Porque, como luego explicó, «es el esquema al que fui sometido por parte del ministerio» en su etapa como alcalde de Santander (con la denominada como S-20) y el que «se va a seguir manteniendo en esta legislatura» con todas las solicitudes.

Zaragoza entra dentro de un volumen importante de peticiones, centenares, de ciudades españolas que han reclamado lo mismo y a las que se va a trasladar idéntica oferta. Esta será su «participación» en la ejecución de la renovación de una vía que hace muchos años que dejó de parecerse a la carretera nacional que fue, la de salida de la ciudad en dirección a Barcelona. El resto lo tendrá que costear el consistorio y, no hay que olvidar, los propietarios que integran las juntas de compensación colindantes en la avenida. Y dependerá, eso sí, de la voluntad política del ayuntamiento, ya como propietario del vial, manifestada en sus futuros presupuestos. Pero la cesión podría resolverse este mismo año.

REACCIONES DISPARES

Una proposición que provocó reacciones dispares en los dos partidos, con representación municipal, que han tenido la oportunidad desde el Gobierno central de darle solución a este problema en las últimas legislaturas.

Por un lado, para el portavoz del PP, Jorge Azcón, la «satisfacción» que provoca el compromiso del ministro de Fomento, que «la ha cedido de inmediato en cuanto ha habido interés real por parte del Gobierno municipal». Por el otro, el «decepcionante» ofrecimiento, que «no cumple con las expectativas de la ciudad», que se trae de Madrid Santisteve en opinión del grupo municipal del PSOE, que opinó que el «descafeinado» mérito del alcalde ha sido el de haber «conseguido un mero asfaltado» que recuerda al de «otros intentos pretéritos» que el consistorio rechazó. «Un jarro de agua fría», según la concejala Lola Ranera, a la postre presidenta del distrito del Rabal.

Desde Ciudadanos (C’s), el edil Alberto Casañal confió en que la cesión se produzca «antes de finalizar el año» pero que «la alegría no puede ser completa», apostilló, porque no se cederá «en condiciones de urbanización óptima», aunque admitió que «la situación era ya insostenible».

«Es un acuerdo claramente insuficiente. Con 1,3 millones de euros no hay dinero ni para empezar lo que hay que hacer», consideró el portavoz de CHA, Carmelo Asensio, quien añadió que hay que «conseguir una financiación más satisfactoria, como la que han conseguido otras ciudades en travesías similares».