El grupo aragonés Sesé se hace más grande en la industria del automóvil gracias al negocio de SKD (Semi Knocked Down, en sus siglas en inglés, parcialmente desmontado en español). La compañía anunció ayer que se ha asignado la gestión logística para el envío de piezas del montaje del Volkswagen Polo desde la factoría navarra de Landaben hasta la planta que la marca alemana y su socio local Sovac inauguraron en Argelia el pasado mes de julio. El contrato supone el envío cada semana de entre 200 y 300 elementos semidesmontados, con la carrocería separada de elementos como el motor o el tubo de escape.

Sesé ya venía realizando diferentes operativas de suministro de piezas desmontadas, conjuntos semielaborados y piezas del Seat Ibiza, entre otros automóviles de la planta de Martorell (Barcelona), para las instalaciones del fabricante germano en el norte de África, que dispone de capacidad para producir diferentes modelos del consorcio.

Esta complicada operación comienza en España, con el despiece de los vehículos para su posterior traslado hasta el continente africano, y continua allí con el traslado de todos los componentes del vehículo desde el puerto hasta una planta de Sesé y Sovac (2S Logistics). Por último, estos se suministran a la fábrica de Vol-kswagen para su montaje final.

Esta compleja operativa ha sido un «éxito», según la compañía. Así, en esta primera quincena de febrero se ha ensamblado con este sistema el Ibiza número 10.000 o junto con modelos como el Golf, Octavia o Caddy, se ha alcanzado la cifra de 20.000 vehículos ensamblados. Los buenos resultados logrados han permitido al Grupo Sesé adjudicarse para esta segunda fase la misma operación logística, pero en esta ocasión desde Pamplona y con el Polo como primer modelo,

El Grupo Sesé pretende alcanzar a finales del 2018 una facturación superior a los 800 millones de euros. La compañía aragonesa espera hacer realidad este objetivo con una plantilla de 8.000 trabajadores, repartidos entre Europa, Africa y América.