Al exponer su visión de la España autonómica, el nuevo ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, manifestó ayer que los intereses territoriales "no deben anteponerse" a los derechos de los ciudadanos. "No soy nacionalista porque no reconozco a nadie el derecho a definir de manera excluyente el país en el que he nacido, en el que vivo y al que amo", advirtió Sevilla.

En la toma de posesión de sus altos cargos, este ministro valenciano prometió impulsar "una España unida en la que todos se sientan cómodos", y en la que no primen "los derechos del pasado sobre los del presente". Sevilla dijo que su "patria es la democracia como único sistema de convivencia en paz entre nacionalistas y no nacionalistas". Y su bandera, la "fraternidad constitucional".

Al presidir la toma de posesión de sus subordinados, el vicepresidente Pedro Solbes propuso ayer, por su parte, aumentar la capacidad de crecimiento económico de España, logrando más empleo y mayor productividad, sin descuidar la "sostenibilidad social, medioambiental y financiera".

ELOGIOS AL GOBIERNO SALIENTE Solbes abogó por promover "una situación macroeconómica sana", con estabilidad presupuestaria "a lo largo del ciclo", y elogió "todo lo positivo" del equipo saliente, "que es mucho".

Por su parte, el secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado, anunció la puesta en marcha de un sistema de cotización "más justo", que no penalice a las rentas más bajas, y una revisión del sistema de bonificaciones a la contratación fija.