La Academia General Militar recibió la máxima distinción de las Cortes de Aragón --en una decisión que no fue adoptada por consenso, como suele ser habitual, tras la oposición de CHA e IU-- por los 87 años que llevan integrados en la vida social y cotidiana de la comunidad, cuando se creó y se instaló en Zaragoza. El presidente de la Cámara, José Ángel Biel, entregó la distinción al director de la institución académica castrense, Jerónimo de Gregorio.

El responsable de esta escuela de élite agradeció la máxima distinción que concede el Parlamento y "la hospitalidad" con la que siempre ha sido acogida en Aragón. De Gregorio destacó precisamente la "perfecta integración" de los cadetes en la vida aragonesa, incluso recordó la típica estampa de hace varias décadas, cuando estos alumnos uniformados paseaban por la ciudad e incluso conocieron a las que después serían sus cónyuges. "Siempre hemos gozado del respeto y el cariño de los aragoneses", insistió.

De Gregorio destacó que la academia es también "un centro de excelencia, con un gran prestigio y plenamente integrada en la sociedad" y recordó los numerosos vínculos que tiene la comunidad con lo militar, como refleja su escudo, en el que "de los cuatro cuarteles, tres tienen referencias bélicas". Asimismo, rememoró los Sitios de Zaragoza como ejemplo de "lucha por la libertad". También destacó su cooperación con las universidades zaragozanas. Por su parte, el presidente de la Cámara recordó que "el primer tributo de sangre aragonés al terrorismo etarra" lo pagó la Academia General Militar con el atentado de enero de 1987 en el que murieron un comandante profesor y el conductor del autobús que trasladaba a más de 40 alumnos.

El protagonismo de la institución castrense no fue solo por la entrega del premio, ya que la Unidad de Música de la Academia General Militar interpretó la Marcha del General Palafox y el Himno de Aragón, que en ediciones anteriores sonaba en una grabación.