El programa de Gobierno que sometió ayer José Luis Rodríguez Zapatero a la aprobación del Parlamento se sustenta sobre siete ejes de trabajo. Como denominador común, una apuesta firme por el diálogo como principal herramienta de trabajo, tanto con el resto de fuerzas políticas como con los agentes sociales y económicos. Zapatero prometió un Gobierno cercano a la gente y eficaz, que haga realidad las ofertas electorales del PSOE en materia social y respete lo bueno que deja la etapa del PP.

CONTRA EL TERRORAmpliar la base de pacto antiterrorista

El compromiso de convertir en objetivo "prioritario" de su Gobierno "la lucha sin cuartel contra todo tipo de terrorismo" abrió el discurso del aspirante socialista. Zapatero empezó con un recuerdo a las víctimas del 11-M, para las que anunció un incremento de las ayudas que ya aprobó el Ejecutivo del PP.

El próximo presidente alabó la unidad de los demócratas como base de la eficacia antiterrorista. Por eso resaltó "la vigencia" del pacto firmado con el PP en el 2000, pero pidió más. "Hoy es necesario ampliar la base del acuerdo contra el terrorismo", afirmó. Y anunció una primera reunión de todas las fuerzas parlamentarias para "compartir información y establecer una estrategia común". A ésta seguirán otras periódicas en el seno de la Comisión de Secretos Oficiales del Congreso.

La eficacia policial que se propone lograr se basará en mejorar la coordinación a través de un mando único de las fuerzas de seguridad y de la cooperación con las policías vasca y catalana. El líder del PSOE no olvidó denostar la "utilización política del terrorismo" que hizo el PP y los "intentos de contemporizar con los violentos", en una posible alusión a Josep Lluís Carod-Rovira.

El Gobierno de José María Aznar cerró cualquier posibilidad de acceso al pacto antiterrorista a otras fuerzas políticas con la imposición de un preámbulo contra el nacionalismo vasco. La falta del más mínimo diálogo con el Ejecutivo de Juan José Ibarretxe ha marcado la trayectoria de los últimos cuatro años.

DEMOCRATIZACIÓNConstitución y nuevos estatutos

Dijo Zapatero que se abre un "tiempo nuevo" en la política española. Como muestra, reconoció las cosas bien hechas por el Gobierno del PP y anunció un puesto para José María Aznar en el Consejo de Estado, del que será miembro nato y permanente. A ese órgano, al que se sumarán todos los expresidentes españoles, le encargará de inmediato un informe sobre la reforma de la Constitución.

El líder del PSOE pidió consenso para "mejorar" la Carta Magna. Quiere que defina un nuevo Senado como cámara autonómica, recoja el derecho de la mujer a la sucesión de la Corona y mencione a las 17 autonomías y la Constitución europea.

"Reformar los estatutos es optar por vivir dentro de ellos". Así argumentó Zapatero su apoyo a las reformas estatutarias, siempre que recojan un amplio consenso y no excedan los límites constitucionales. Promocionar las lenguas del Estado y recibir a todos los presidentes autonómicos "antes del verano" completan su apuesta por la pluralidad "como un valor constitucional".

La reforma del Reglamento del Congreso y de los medios de comunicación públicos ahondan en la regeneración, que se extiende a la justicia con 1.000 nuevas plazas de jueces y fiscales y un nuevo estatuto fiscal. A lo largo de la legislatura, dijo, habrá 36.000 policías más.

El Gobierno del PP se negó a las reformas constitucionales y estatutarias. Y desde 1997 no convocó el debate autonómico.

POLÍTICA EXTERIORReitera que España saldrá de Irak

En su afán por recomponer el consenso en política exterior roto por la decisión del Gobierno del PP de participar en la guerra de Irak, Zapatero obvió, en su intervención inicial, poner fecha al regreso de las tropas españolas (el 30 de junio finaliza el mandato actual) y eludió mencionar la expresión "retirada". Sólo hizo hincapié en que su posición sobre el conflicto de Irak "es bien conocida". Luego, en su debate con Mariano Rajoy, agregó que "mantendrá su palabra" y que sacará a España "de la foto de las Azores" y de "esa guerra ilegal e injusta".

El aspirante a presidente reafirmó su "firme compromiso con la seguridad internacional y en la lucha contra el terrorismo". Por eso proclamó que España "asumirá las obligaciones internacionales" que le correspondan para defender la paz y la seguridad, con una sola condición: "La decisión previa de Naciones Unidas o cualquier otra organización de carácter multinacional".

También optó por ser menos concreto que su programa electoral respecto al papel del Congreso a la hora de decidir el envío de tropas españolas a conflictos en el extranjero. "Se acordará con la participación del Parlamento", dijo ayer, mientras que en su programa habla de "la aprobación del Parlamento".

La atención preferente a los países latinoamericanos y del Mediterráneo y la apuesta por la Unión Europea completan su programa internacional.

El PP rompió el consenso en política exterior con su apuesta por EEUU en la guerra de Irak, que además provocó el alejamiento de España de los países decisivos en la UE.

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