Los taxistas están desconcertados. El nuevo reglamento de circulación les obliga, como al resto de turismos, a llevar a los pasajeros menores de 12 en sillitas o elevadores. Sin embargo, el sector del taxi tanto de Aragón como del resto de España denuncia que su aplicación es inviable y solicitan ser eximidos de la norma, petición ya conseguida en el área metropolitana de Barcelona pero que no ha obtenido respuesta en Zaragoza. En la capital aragonesa los taxistas mantendrán su servicio sin el uso de las sillas y, hasta que se aclare la situación, la Jefatura Provincial de Tráfico anuncia "tolerancia" en la interpretación de la norma.

La situación creada es de total confusión. Mientras desde el pasado sábado la norma tiene caracter obligatorio, el director general de Tráfico, Pere Navarro, manifestó esta semana a EL PERIODICO que el reglamento "está mal hecho" y que no recoge una excepción que "es de sentido común". Navarro añadió que puesto que el nuevo equipo de la DGT no tenía margen para rectificar la norma, se ha optado por "una interpretación flexible" y anunció: "En cuanto podamos, modificaremos el reglamento", informa desde Madrid Manuel Vilaseró.

TOLERANCIA DESDE TRAFICO Navarro aseguró haber dado instrucciones a las jefaturas provinciales para que a los taxistas "no se les exija la sillita en los recorridos urbanos", informa Vilaseró. Sin embargo, la subjefa provincial de Tráfico de Zaragoza manifestó ayer no haber recibido una directriz de ese cariz, pero sí explicó que la tónica que van a aplicar en su ámbito de competencia es de tolerancia: "Hasta que se aclare la situación, a los taxis no se les va a imponer sanciones, ni denuncias, sino que se aplicará la tolerancia". Sin embargo, mientras rige la norma y hasta que ésta no se modifique, esa indicación de flexibilidad no tiene cobertura legal y es la policía local la encargada de aplicar el reglamento.

El caracter obligatorio de la norma tropieza con la "imposibilidad de aplicarla en los taxis, al menos en el ámbito urbano", según afirma el presidente de la Asociación Provincial de Auto-Taxi de Zaragoza, Luis Miguel Torres, cuya entidad agrupa al 98% del sector en Zaragoza.

"La silla adaptable para todas las edades, hasta los 12 años, es demasiado grande y en muchos maleteros no cabe. Incluso en caso de que sí quepa, le resta mucho sitio a las maletas. Y si la dejamos fija en el asiento trasero supone la pérdida de una plaza completa para uso corriente. Además, ¿qué ocurre si solicita el servicio un persona con varios niños pequeños?", planteaba ayer Torres. Para el presidente de la asociación, otro problema surge por la indefinición de la norma sobre quién debe asumir los gastos de la sillitas: "No se ha especificado quien paga y pone la sillita y nosotros creemos que deberían ser los propios padres".

De forma paralela a la Confederación Nacional del Taxi, esta asociación de ámbito provincial ha tramitado sendas peticiones a la Dirección General de Tráfico y al Ministerio de Interior, en que trasladan sus quejas y piden ser eximidos del reglamento, como lograron en su día con los cinturones de seguridad. Sin embargo, todavía no han obtenido respuesta de estas instituciones y sus interrogantes siguen en el aire.

SIN SILLITAS EN ZARAGOZA Ante los problemas que afrontan, la Asociación Provincial de Auto-Taxi de Zaragoza ha decidido mantener sus servicios sin el uso de los nuevos sistemas de sujeción. "Antepongo nuestro servicio de utilidad social a cualquier tipo de sanción o denuncia", sentenció ayer su presidente, quien se remitió al hecho de que los taxistas del área metropolitana de Barcelona hayan sido eximidos de la nueva norma. "Pedimos la misma flexibilidad y permisividad, porque damos el mismo servicio que ellos", añadió ayer Torres.

El presidente de esta asociación quisó ayer tranquilizar a los profesionales del sector y aseguró que las compañías aseguradoras cubren todos los gastos en caso de accidente, aún en caso de que los taxis no lleven los sistemas de sujeción para menores de 12 años que contempla la nueva normativa.

Ante la dificultad de aplicar el reglamento, Luis Miguel Torres planteó como posible solución el que se habilite un número limitado de taxis con los nuevos sistemas de sujeción, pero sin obligación para todos. "De igual manera que Zaragoza cuenta con un retén de taxis adaptados para minúsvalidos, una salida al nuevo problema sería que unos 20 taxis de la ciudad se acogieran a subvenciones e instalasen las sillitas", planteó Torres.