Ayer a mediodía se arremolinaban transportes y personas en una de las rotondas del polígono Malpica. Era el lugar en el que el camión cisterna del ayuntamiento surtía de agua. La cola se iba formando, animada, conforme se acercaban los solicitantes. Uno de ellos era Quintín Muñoz. El empleado de una empresa metalúrgica instalada en Malpica conducía un camión cargado con un depósito de 1.000 litros, todavía vacío.

Sobre su presencia en la cola, relató: «A nosotros el corte no nos ha afectado mucho», más allá de las habituales incidencias con el aseo y otras cuestiones cotidianas. «Sin embargo, para las máquinas se utiliza taladrina -un producto compuesto que se utiliza como refrigerante- y sí que se necesita el agua», añadió.

Precisamente, contó que esta semana han podido apañarse a pesar de tener el agua cortada; un escenario que cambió ayer: «No nos ha hecho falta hasta ahora, más allá del problema de los sanitarios. Nos hemos apañado con garrafas». No obstante, añadió: «Sin el camión cisterna, hoy hubiéramos tenido que parar».

Tras la breve conversación llegó el turno de Muñoz. Así, dispuso el camión en el lugar indicado por el técnico municipal, conectó la manguera al depósito y cargó de agua el recipiente para llevarlo, lleno, a su empresa.

De esta manera, en la metalurgia donde trabaja ayer pudieron seguir con la actividad productiva, a pesar de todo. M. D.