La subida del impuesto a los carburantes impulsada el año pasado por el Gobierno de Mariano Rajoy va a endurecer un poco más la temida cuesta de enero en algunas comunidades. Aunque el precio de los combustibles ha bajado en las últimas semanas respecto a los máximos del mes de octubre, la equiparación del tramo autonómico del impuesto especial de hidrocarburos va a echar por tierra este reciente abaratamiento. De hecho, la armonización fiscal de ese gravamen ha provocado que el litro del diésel y de la gasolina cueste desde el martes 2,4 céntimos más en Aragón. Así, llenar el depósito en la comunidad cuesta desde el 1 de enero 1,32 euros más, sin contar con el correspondiente 21% de IVA.

El incremento ha afectado a otras ocho comunidades, aquellas que, como Aragón, no aplicaban la tasa máxima (4,8 céntimos) del Impuesto Especial de Hidrocarburos o que directamente eliminaron el gravamen (ver gráfico). La decisión del Ejecutivo de Rajoy unificó los impuestos en esta materia en todo el territorio español y, de esta forma, eliminó el llamado efecto frontera. Tal y como ha denunciado en varias ocasiones la asociación de estaciones de servicio de Aragón (Aesar), la comunidad ha sufrido este efecto, ya que Navarra, Castilla y León y La Rioja decidieron suprimir en su día este tributo, provocando un trasvase del consumo al ser más barata la gasolina en estos territorios.

«La armonización fiscal es lo deseable y es lo que pedíamos, aunque, obviamente, encarecer los carburantes no es una buena noticia ni para las empresas, ni para los ciudadanos, ni para las gasolineras, porque venden menos», explica el vicepresidente de Aesar, Zoilo Ríos.

La subida impositiva aplicada desde el martes provocó que los repostajes de los transportistas aumentaran en los últimos días de diciembre para ahorrar así unos euros. «Todos los camiones llenaron sus depósitos, pero entre los conductores particulares no notamos el incremento», indica Ríos.

EFECTOS EN EL TRANSPORTE

Y es que la subida de 1,32 euros más IVA por repostar 55 litros nada tienen que ver con la de los camiones, que en algunos casos tienen capacidad para hasta 1.200 litros. Con todo, hay que recordar que algunos transportistas gozan de una bonificación fiscal, por lo que cada trimestre recuperan lo que han abonado por el impuesto de hidrocarburos. Eso sí, esta desgravación solo beneficia a los camiones de más de 7,5 toneladas. «Los transportistas más grandes adelantarían sus repostajes hace unos días porque así no tienen que adelantar el dinero y mantienen su liquidez, que es lo mismo que ocurría con el efecto frontera», indica María José Pardo, gerente de la asociación de transportistas Tradime.

Previsiblemente, el sector del transporte pesado también se verá exento del llamado impuestazo al diésel que quiere aplicar el Gobierno de Pedro Sánchez. Su Ejecutivo pretende equiparar la carga impositiva del diésel con la de la gasolina para desincentivar su uso. La subida depende de la aprobación de los presupuestos generales, aunque el Gobierno también podría dar vía libre a la equiparación por decreto. Si finalmente se lleva a cabo, el litro de diésel podría encarecerse hasta 17 céntimos, según las estimaciones de Aesar. Una subida que haría mucho daño a los transportistas ligeros como a repartidores de paquetería.