En cualquier momento de la historia habría costado imaginar este partido, con un Zaragoza tan atormentado en su comparación, con el Huesca rozando el paraíso. La realidad, que tiende a obviar el balance histórico de cada cual, ha puesto a los dos equipos aragoneses en el mismo contexto en este tiempo último, ha permitido que el peor Zaragoza de los últimos 60 años se encuentre con el mejor Huesca de la historia en un combate alegre y amargo hacia el ascenso. Dicen en voz alta algunos de los protagonistas que será un día bello. En voz baja admiten que se espera un encuentro áspero, que toca apretar los dientes, morder por cada balón y esperar que el fútbol ponga en orden el resto. El club de La Romareda espera que todo se resuelva en el sentido más jerárquico de la historia, que las piezas vuelvan a encajar en la estructura ordinaria del pasado. En El Alcoraz dan peso al presente, que dice que el Huesca fue mejor que el Zaragoza la pasada temporada y ha sido mejor en esta, por el momento. Ganará, dicen, el que esté más templado y no el que más ruja

La gente entendió desde el primer día la importancia de este partido (18.00 horas, Movistar Partidazo). El lunes se habían acabado todas las entradas que el Zaragoza mandó hacia El Alcoraz, mientras en La Romareda se multiplicaban las filas a cualquier hora. Viene un superderbi de reventón en el coliseo zaragozano, entendido también en las últimas reflexiones de los entrenadores de ambos bandos. «La motivación está al límite, no se puede estar más motivado para un partido de fútbol», dijo Rubi, que entiende que adelantarse en el marcador tiene un aire decisivo para este partido que enfrente se entiende como una revancha con palabras más o menos gruesas.

«En el partido de Huesca nos fallamos a nosotros mismos y fallamos a toda la gente que tenemos detrás. Por supuesto que eso no se olvida. Tenemos la opción de la revancha. Ya hemos dicho varias veces que ese partido nos hizo daño y ahora tenemos la oportunidad de devolverles la moneda», afirmó Natxo González, bien consciente de la obligación de su equipo. Precisa ganar el superderbi para no quedarse descolgado del ascenso directo, para mantenerse bien colocado en el combate de la promoción. Faltan los sancionados Grippo y Delmás, también el lesionado Buff, que deja un espacio vacío al sur del gol para que vuelva, se supone, Febas. Aun así, necesitará del Cristian salvador, del bombardero Borja, de toda la tropa aragonesa, de la gente que le ha sostenido estos años arriba y que hoy le empujará como una sola voz.

En Huesca se habla del fútbol recuperado. Han vuelto los hombres que le hicieron 20 semanas líder. El bache de seis jornadas sin ganar preocupa en un equipo que nunca ha ganado en Zaragoza. Falta la victoria que buscan ante su querido enemigo en este partido que quizá nunca vuelva. Hay superderbi de reventón en La Romareda. Pasen y vean.