Las estafas por internet más habituales en la actualidad se relacionan con el uso de datos de tarjetas de crédito para hacer compras y apuestas en red y la venta de productos o alquiler de apartamentos que no existen, aunque no son los únicos. En detalle, según fuentes policiales, se pueden destacar las siguientes:

'CARDING'

El tipo de estafa más frecuente, con diferencia, es actualmente la que utiliza la tarjeta de crédito de la víctima, conocida como carding. Los delincuentes obtienen datos de las tarjetas pirateando bases de datos o comprándolos ya detallados, contra lo cual el usuario medio no puede hacer mucho. Es común que primero hagan un pequeño cargo, por un lado para comprobar que hay fondos en la cuenta y por otro para asegurarse de que el usuario no cancela la cuenta, para luego hacer el gran desembolso. El dinero suelen gastarlo en apuestas deportivas, para intentar multiplicar las ganancias, o en compra de productos para su reventa en el mercado negro. Esta práctica, propia de bandas del Este de Europa y Nigeria, es difícil de prevenir pero el cliente rara vez se ve perjudicado, más allá del susto, porque el banco reintegra el dinero.

FALSOS PRODUCTOS

Esta sencilla práctica consiste en la puesta a la venta de un producto por internet, para cuya adquisición se exige una señal, o el precio completo, y la entrega nunca llega. Suelen estar a precios anormalmente bajos, lo que funciona para atraer clientes pero es a su vez un indicio del timo. Hay una variante más peligrosa que consiste en pedir datos o el DNI al comprador, que luego es usado para hacer ventas en su nombre y así dificultar la identificación del estafador, haciendo aparecer a la víctima inicial como el autor del engaño.

APARTAMENTOS TURÍSTICOS

La estrella de las estafas veraniegas, su mecanismo es tan sencillo como el anterior, publicitar por internet apartamentos que en realidad no existen por los que se percibe una señal o pago completo. Como en los productos, a veces los estafadores envían y requieren documentación escaneada que luego usan para cometer nuevos actos delictivos.

‘PHISING’

Las campañas de alerta contra la práctica del phising bancario han hecho que este entre en cierto declive, pero se siguen registrando casos. La práctica consiste en envíos masivos de correos electrónicos que simulan ser del banco. Si el cliente entra le redirigen a una web falsa que simula la imagen corporativa de la entidad financiera, para que se introduzcan los datos y claves de acceso. Con esta información en su poder, los delincuentes pueden controlar las cuentas del afectado y vaciarlas.

‘CRYPTOLOCKER’

Una variante reciente de este virus troyano que infecta el ordenador o móvil, bloqueando su funcionamiento, ha sido el envío de mensajes simulando provenir de Correos avisando de que hay un paquete o carta certificada que no se ha podido entregar para el usuario. El mensaje incluye un enlace para obtener más información, y cuando el afectado lo pulsa se descarga el virus informático. Habitualmente los delincuentes exigen luego un pago para desbloquear el aparato y desencriptar los archivos, aunque no hay ninguna garantía de que lo hagan incluso habiendo pagado. La Policía recomienda no abrir estos mensajes, borrarlos y mantener actualizados el antivirus y todos los programas, así como valorar el uso del sistema operativo Linux, hasta ahora inmune a estos virus.

FALSAS LLAMADAS

Otra variante que va a la baja pero que ha dado muchos quebraderos de cabeza a los investigadores son las falsas llamadas en nombre de un organismo o empresa, por ejemplo la AEAT en época de declaraciones de la Renta, que piden una serie de datos para actualizar con el propósito de acceder al banco en nombre del cliente. También las hay en nombre de Microsoft, en las que, con el pretexto de actualizar la seguridad del ordenador, los supuestos técnicos informáticos guían al estafado hasta que instala un programa que da a los delincuentes el control de su equipo.