Un no acuerdo es inaceptable», aseguró este martes el presidente ejecutivo de PSA, Carlos Tavares, que exigió que se reanuden las negociaciones para evitar una salida abrupta del Reino Unido de la Unión Europea (UE), el denominado brexit duro. Y lo hizo el mismo día en que se suspendió la actividad del Parlamento británico por obra y gracia de Boris Jhonson. El escenario no gusta, en absoluto, a Tavares ni al consejero delegado de Opel, Michael Lohscheller, que advirtieron de las consecuencias en la actividad y en elempleo.

El responsable del grupo francés no se anduvo con eufemismos. «Cuando una empresa está luchando con un conflicto social generalmente el sistema que la rodea lo invita a dialogar. Esta es exactamente la misma situación transpuesta a nivel estatal. Pedimos una forma de escucha activa, negociaciones que permitan a toda Europa evitar una situación que empujaría al Reino Unido a un escenario no deseable», subrayó a preguntas de los periodistas británicos durante la celebración de una mesa redonda. Al respecto, llamó al «sentido común» porque de lo contrario «será un caos en todas partes».

No quiso, sin embargo, especular sobre cuál será el futuro para las plantas inglesas de Lutton y de Ellesmere Port, sobre las que pende la incertidumbre, ni sobre cuál será el futuro del Astra, que se fabrica en Ellesmere Port y en Gliwice (Polonia), aunque no se descarta que recale en una planta española.

«El brexit podría interrumpir las cadenas de suministro en Europa y Gran Bretaña. Hay puestos en juego y todos deben de ser conscientes de su responsabilidad», añadió el consejero delegado de Opel.

Pero este no es el único problema que acecha al sector. Los fabricantes europeos tendrán que reducir las emisiones promedio de la mayoría de sus vehículos hasta 95 gramos de C02 por kilómetro para el próximo año, ya que actualmente ronda los 120 gramos. De lo contrario, las multas a las que se enfrentan los fabricantes podría dar al traste con muchas cuentas de resultados. En este sentido, Tavares aseguró que PSA está lista para el 2020 en cuanto a tecnología y rentabilidad, aunque no descartó que en los próximos años se produzca algún que otro fracaso comercial, aseguró en declaraciones a Bloomberg TV poco antes de asistir a la presentación del nuevo Corsa. A su juicio se trata de un «desafío», que se va a materializar en un periodo «turbulento» que abarcará la próxima década.

Sea como fuere, los líderes de PSA y de Opel avisan de los riesgos que acechan al sector en un momento en que varias economías europeas, entre ellas Alemania e Italia, se encuentran al borde de la recesión.