Las dificultades para ser madre en el deporte español no solo se circunscriben al fútbol, aunque es fuera del deporte rey donde varias mujeres han demostrado que su carrera no termina con la maternidad, pese a todas las dificultades a las que se enfrentan después: conciliación imposible, pérdida de patrocinadores, nulo respaldo de las instituciones y ausencia de ayudas prometidas. El último caso se ha registrado en el ciclismo, donde la corredora Leire Olaberria, con un palmarés extraordinario hasta que se quedó embarazada en el 2016, se ha ido quedando fuera de la selección tras varios episodios de confrontación acerca de su necesidad de conciliar. En una denuncia que ha hecho llegar al Ministerio de Deportes, Leire habla de un «hecho discriminatorio» por parte de la Federación de Ciclismo y de su responsable técnico, Raúl Mena.

En la denuncia narra varios episodios, entre los que destaca cómo tuvo que pagar de su bolsillo el alojamiento de un acompañante, siendo la única ciclista que pagó por competir, y la negativa rotunda a entrenar en un velódromo a 10 kilómetros de su casa o viajar dos días antes a una competición en lugar de una semana de antelación. Situaciones que concluyeron cuando preguntó por su calendario: «¿No le ha quedado claro que no va a volver a la selección mientras esté yo?», le habría respondido el seleccionador. Hechos que, según su abogada, nada tienen que ver con el rendimiento: «Después de 500 días fuera del ránking, consiguió en tres meses los mismos puntos que sus rivales en un año».

Para la atleta aragonesa Isabel Macías, madre hace un año, el regreso a la competición ha sido más complicado de lo que esperaba. «Los miedos no son infundados, son reales», explica. «Además de la incertidumbre de saber si te vas a recuperar bien y la ausencia de médicos especializados, te tienes que buscar la vida económicamente». Isabel solicitó las ayudas correspondientes a las deportistas de alto nivel, pero al perder su condición tras meses fuera del deporte, no podrá disfrutarlas. «He dado a luz siendo deportista DAN y he estado dos años pagando mi cuota para ahora no poder tener esa ayuda».

Los meses posteriores al parto fueron los más difíciles para la zaragozana. «Los he vivido muy mal. Cero ingresos, el niño, la recuperación de una lesión y la recuperación del parto. Y en esas circunstancias te sientes muy sola, porque te abandona quien debería estar apoyándote. No ingresas, los gastos siguen y no sabes qué hacer. Este año me he planteado varias veces dejar mi carrera deportiva. Los patrocinadores no te abandonan, pero te vuelves invisible».

Pero lo que más indigna a Isabel es la reacción de quienes le ven llevar al niño a diferentes actos. «Ves miradas y te hacen comentarios de ‘cómo te traes al niño’», dice. «Muchas veces esos actos no son remunerados, estás cediendo tu imagen y tu tiempo. A veces lo llevo a propósito, para concienciar».