Veinte horas después del aviso anónimo al diario Berria , la Guardia Civil encontró ayer 16 cargas explosivas colocadas presuntamente por miembros de ETA en una torre eléctrica del valle de Bujaruelo próxima a la frontera francesa. Sólo ocho de ellas fueron desactivadas por los tedax, ya que el resto había explotado con anterioridad. No hubo víctimas, pero sí daños materiales en dos de las patas de la instalación.

Después de rastrear sin éxito el pasado sábado la zona comprendida entre el puente de los Navarros y San Nicolás de Bujaruelo, las labores de búsqueda se centraron ayer en los lugares más inaccesibles, en el último tercio del tramo que separa el valle del país vecino. Por eso, los técnicos de los Grupos Especiales en Desactivación de Explosivos, que comenzaron su labor a las ocho de la mañana, necesitaron la ayuda de un helicóptero UHEL-41 para revisar las instalaciones de Red Eléctrica Española.

Fue poco antes de la una de la tarde cuando los tedax divisaron desde el aire varios objetos "sospechosos" en la torreta 128, según explicó a este periódico el delegado del Gobierno en Aragón, Javier Fernández. El lugar del hallazgo, "muy abrupto", se encuentra a tres horas a pie desde Francia. Debido a que el acceso por la zona española es realmente complicado, no se descarta que los terroristas llegaran desde territorio francés, aunque Fernández no quiso especular con esta posibilidad.

"La gran noticia es que no ha habido víctimas. No sabemos todavía por dónde entraron, por lo que es mejor no hacer valoraciones al respecto", subrayó.

DESACTIVACION Tras tomar tierra, los efectivos descubrieron cuatro grandes artefactos adosados a la base de las patas, cada uno de los cuales estaba compuesto, a su vez, por cuatro cargas explosivas de "pequeña potencia".

Según pudo saber este diario, ocho de ellas habían explotado con anterioridad y habían dañado dos de los soportes de la torre y parte de ésta. Se desconoce por el momento cuándo estallaron, aunque se baraja la hipótesis de que pudieran hacerlo hace dos o tres días.

Para la desactivación de los artefactos, que se llevó a cabo satisfactoriamente en algo menos de dos horas, los tedax solicitaron a Red Eléctrica Española el corte del fluido. Esta medida "no afectó a los usuarios de las poblaciones de la zona --la línea circula desde Biescas hasta Bagneres (Francia)", según apuntaron desde la compañía.

A pesar de las explosiones, la instalación dañada pudo sostenerse en pie, aunque distintas fuentes afirmaron que se habría derrumbado completamente si todas las bombas hubieran estallado.

Igualmente, se procedió a acordonar la zona para evitar que montañeros y visitantes sufrieran riesgos innecesarios. "Ninguna persona que no estuviera autorizada ha pasado por el lugar. Toda la operación se ha llevado a cabo con eficacia", señaló el delegado del Gobierno en Aragón.

PEQUEÑAS EXPLOSIONES El portavoz de Red Eléctrica Española con el que contactó este periódico afirmó que la compañía desconocía por completo que ocho cargas habían explosionado y que el centro de control de la empresa no detectó "ninguna incidencia". "Si no hubiera sido por el aviso que nos ha llegado de la Guardia Civil, no habríamos tenido constancia alguna de lo que estaba sucediendo", declaró.

Dicho portavoz hizo especial hincapié en que la línea de alta tensión afectada por las bombas sirve únicamente para el intercambio de electricidad con Francia y que la empresa cuenta con "todos los medios necesarios" para que los ciudadanos no se vean perjudicados por situaciones de este tipo.

Ahora, la investigación se centra en el análisis del tipo de explosivos empleados --el artefacto encontrado en Behobia (Guipúzcoa), estaba compuesto por cloratita y titadyne--. También falta por precisar con exactitud cuándo estallaron las ocho bombas y la clase de mecanismo utilizado para la detonación.

De esta manera, se pudo concluir con la operación iniciada en la tarde del sábado en el valle de Bujaruelo, donde se encontraban comiendo el propio Fernández, el ministro de Trabajo, Jesús Caldera, el secretario de Infraestructuras, Víctor Morlán, y el subdelegado del Gobierno en Huesca, Ramón Zapatero.

En los rastreos han participado, además de los tedax, agentes de los Grupos de Montaña, de las patrullas rurales y del Servicio de Protección de la Naturaleza de la localidad de Ordesa.