Lorena González lleva nueve años trabajando más de doce horas al día. Casi una década compaginando su empleo en la planta de Opel de Figueruelas con un trabajo parcial como promotora comercial de productos de dietética y cosmética. Como a otras madres solteras, a esta zaragozana de 33 años no le quedó otro remedio si quería mantener su piso y tirar para adelante con su hijo. "Ahora tiene once años, pero cuando me divorcié tenía dos y en ese momento la única opción para seguir pagando la hipoteca era buscarme otro empleo", explica González, que apunta que en la época en que el euríbor estaba alto llegó a pagar una cuota de 1.300 euros. Tras años de esfuerzo y pocas horas de sueño, la joven ha decidido que ha llegado el momento de descansar y dedicarle más tiempo a su hijo. "Quiero disfrutar de él y ayudarle a hacer los deberes", explica González, que señala que, de vez en cuando, también hace "algún bolo" como modelo de fotografía.