El "ambiente de guerra total" que se vive en los últimos días en la ciudad iraquí de Diwaniya, donde tiene su base la Unidad de Repliegue del Contingente Español (URCE), está poniendo en peligro el cumplimiento de los plazos para desmontar la base del Ejército y consumar el repliegue de los militares.

Fuentes del Ministerio de Defensa explicaron a este periódico que el trabajo de los 204 efectivos del Elemento Nacional de Apoyo Logístico (INSE III), entre los que figuran 95 soldados destinados en unidades aragonesas como la Agrupación de Apoyo Logístico (AALOG 41) de la capital aragonesa, es "realmente complicado" por los "continuos disparos de mortero" que se están registrando en las inmediaciones de Base España.

De ahí que los propios logísticos, que serán los últimos españoles en abandonar Irak junto con los más de 800 legionarios que tratan de garantizar la seguridad de la misión, contemplen la posibilidad de que no logren desmontar el cuartel en el tiempo establecido por el Gobierno español.

"El plan estaba diseñado para llevarse a la práctica en condiciones normales, pero no bajo tantos ataques. No sabemos si los plazos se dieron por razones de seguridad o por una cuestión política. Además, la llegada de las tropas norteamericanas está provocando que los ataques de las milicias del Ejército del Mehdi a las instalaciones sean más intensos. Los hostigamientos se están recrudeciendo por el rechazo que existe hacia Estados Unidos", apuntaron dichas fuentes.

Los disparos de mortero, que son "constantes", ya no llegan únicamente hasta el perímetro de seguridad del acuartelamiento, sino que ahora están produciéndose "en zonas muy próximas a la base", afirmaron los logísticos, que se muestran "preparados para afrontar la tensión de la zona".

Los miembros del INSE III, a cuya cabeza está el teniente coronel Pedro Vallejo --destinado en la AALOG 41--, se encuentran ante el difícil reto de organizar el envío de más de 400 contenedores repletos de materiales, primero a Kuwait y después a territorio nacional. Según pudo saber este periódico, se han visto obligados a renunciar a muchas de las actividades cotidianas que realizaban diariamente y a trabajar siempre con el chaleco antibalas puesto. Un chaleco que pesa unos doce kilogramos y que dificulta y retarda los movimientos de los militares para empaquetar los elementos que deben enviar a España.

Las fuentes consultadas agregaron que el INSE III tienen instrucciones para no abandonar ningún tipo de material en Base España: "Los logísticos han recibido la orden de recolocar las piezas cuyo transporte resulta más caro que su valor real. Por eso, algunos elementos probablemente se vendan al Ejército estadounidense, a fin de que sus tropas puedan utilizarlos una vez que nuestros soldados se hayan marchado del país".

VUELOS SIN CERRAR En principio, está previsto que todos los militares se encuentren fuera del país el 27 de mayo, aunque según explicó recientemente el jefe de la URCE, general José Muñoz, la salida de Diwaniya se hará "por sorpresa y en el menor tiempo posible".

Sin embargo, las fechas de los vuelos de regreso, que se realizarán en aviones de Air Europa, no se han

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