La crispación social se hizo evidente en las celebraciones del Primero de Mayo en el exterior. Especialmente en Turquía -con el poder del presidente Erdogan recién aumentado- y Francia -a seis días de unas cruciales elecciones presidenciales-, donde se produjeron enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes, así como detenciones.

En Venezuela, donde las protestas contra el presidente Maduro alcanzaron el mes de duración, la oposición aprovechó la celebración para continuar presionando al presidente.

La policía turca detuvo al menos a 75 personas y empleó gases lacrimógenos para dispersar a cientos de manifestantes en Estambul que mostraron su malestar con el Gobierno encabezado por el presidente Recep Tayyip Erdogan. El 16 de abril, la reforma constitucional promovida por el presidente turco fue avalada por el 51% de los votos en un referéndum. Una reforma que cuenta con el rechazo de casi la mitad de la población turca, que advierte de la peligrosa concentración de poder en manos de Erdogan.

Así se explica que en muchas pancartas pudieran leerse lemas como Que viva el 1º de mayo. No al dictador. Los manifestantes que portaban dichas pancartas en la capital turca fueron disuadidos a base de disparos de pelotas de goma y gases lacrimógenos. La plaza Taksim, centro neurálgico de las protestas, fue cerrada al público con vallas y controles.

En Francia, el cercano horizonte de la segunda vuelta electoral del domingo protagonizó las reivindicaciones. De hecho, la policía se enfrentó a grupos de encapuchados en París al inicio de una manifestación sindical en la que participaban miles de personas, organizada en la plaza de la República por la Confederación General del Trabajo, Fuerza Obrera, la Federación Sindical Unitaria y Sud. Los encapuchados llevaban pancartas contrarias a tener que elegir entre los dos candidatos que se disputarán el poder, el socioliberal Emmanuel Macron y la ultraderechista Marine Le Pen. Al menos tres agentes sufrieron heridas -uno de gravedad- por los cócteles molotov lanzados por los manifestantes.

En Berlín, Moscú y Washington, miles de personas reivindicaron los derechos de los trabajadores, sin incidentes de importancia.