Verónica Ibañez, maestra: "El principal motivo fue el idioma"

Verónica se suma a la larga lista de aragoneses que deciden emigrar con el objetivo de mejorar su inglés. La mayoría de ellos, toman la determinación de vivir por un tiempo determinado en el extranjero, muchos de ellos sin saber que hay ciudades como Londres que tienen «algo especial que enamora».

Así lo reconoce esta maestra zaragozana de 25 años, que emprendió esta aventura en el mes de agosto del año pasado. Aunque su estancia en Londres ya tiene fecha de caducidad -el próximo mes de septiembre-, admite que las oportunidades laborales fuera de España abundan. «Para qué nos vamos a engañar, las oportunidades laborales en mi campo y con buen nivel de inglés son mayores fuera de España que dentro», señala.

En su caso, encontró trabajo de forma «sencilla» desde España y viajó a Londres sabiendo ya dónde iba a trabajar y las condiciones. Actualmente vive en el seno de una familia inglesa y trabaja como au pair y nanny (niñera). Consiguió el trabajó a través de la plataforma Aupairworld, en la que creó un perfil de maestra -una condición que «te da muchos puntos» para ser solicitada por las familias- y mediante la cual se ponía en contacto con las familias a través de Skype. «No dudé en elegir a mi familia actual desde el primer encuentro y no me equivoqué, la realidad supera las expectativas», se congratula.

Tras estudiar Magisterio en Educación Primaria y realizar una mención en inglés, vio en emigrar una oportunidad para dar un empujón al idioma. «El principal motivo que me impulsó a vivir fuera durante una temporada fue el idioma. Irte a vivir a otro país siempre significa salir de tu zona de confort y cuando estás feliz en tu ciudad cuesta más hacer un cambio pero tenía ganas de vivir en un país de habla inglesa», argumenta.

A pesar de que considera que el mercado laboral español es «complicado y muy exigente en cuanto titulación», es optimista respecto al futuro. «El problema está en que en muchas ocasiones la posesión de ciertos cursos no ayudan a convertirte en una mejor profesional, son requisitos por los que tienes que pagar, al igual que tus compañeros, pero que no implican aprendizaje», indica en relación al fenómeno de la titulitis.

A pesar de ello, en septiembre volverá a España para intentar conseguir un trabajo de maestra. «Si no lo consigo, siempre está la opción de irse fuera, que es algo que tenemos muy en cuenta los jóvenes de hoy en día», señala.

Alejandro Nevado, cocinero y bartender

Cuestión de brujería. Es lo que podría pensar un joven español que consigue un contrato laboral en tres horas. Para Alejandro Nevado, un caspolino de 22 años, esta es la historia real con la que comenzó su vida en Manchester allá por septiembre del 2016.

Tras concluir la Educación Secundaria Obligatoria en el IES Mar de Aragón de Caspe podría haber optado por comenzar su andadura laboral en el negocio que su familia regenta en su localidad natal. Sin embargo, decidió buscar su propio camino en Barcelona. «Mis padres tienen un restaurante y me daban la oportunidad siempre que quisiera de trabajar con ellos, pero siempre he intentado buscarme la vida por mi cuenta», asegura.

Allí, trabajó en una inmobiliaria por 800 euros mensuales. «Ya me dirás cómo me da a mí para vivir en una ciudad donde el alquiler de una habitación se sitúa por encima de los 350 mensuales y alquilar un piso es impensable con esos sueldos...», se queja.

«Un día me vino a la cabeza emigrar y me lancé a ello. La verdad es que no me arrepiento de la decisión que tomé», afirma. Desde hace más de un año, trabaja como supervisor, cocinero y ‘bartender’ en un bar español de Manchester y asegura estar «contento» donde está. «Por el momento» España no está en sus planes, aunque no descarta mudarse a otros países de habla inglesa como Canadá, Estados Unidos o Australia.

Oportunidad mejor pagada

A pesar de la supuesta recuperación económica que vive nuestro país, considera que «hay más oportunidades y mejor pagadas en cualquier país cercano a España». Además, respecto a Reino Unido, destaca que «las leyes laborales se llevan más a raja tabla, si tú haces tantas horas las vas a cobrar, algo que no siempre sucede en España». En el caso de emprender un negocio, cree que también «te dan más facilidades».

Al margen del ámbito laboral, Alejandro subraya que emigrar «te proporciona mucha seguridad en ti mismo y te hace sacar el espíritu de supervivencia que llevamos dentro», aunque recuerda que en Reino Unido «hay muchos Spaniards que te ayudan en lo que necesitas si tienes algún problema».

En sentido, explica que disfruta de su vida en Manchester. «Aquí es diferente, disfruto saliendo a la calle, la gente tiene más vitalidad, en España somos mucho de quejarnos y de negativismo. Si España cambia algún día lo pensaría, pero no entra en mis planes», concluye rotundo

María Sevíl, enfermera: "En Alemania tengo una seguridad laboral"

Tras volver a España de un Erasmus esta enfermera zaragozana de 28 años se dio cuenta de que quería vivir una experiencia totalmente nueva. Así que sin pensárselo dos veces cogió sus maletas y emigró a Wiesbaden, una ciudad cercana a Frankfurt. Desde hace un año reside en Mainz.

Llegó al país ya con un contrato firmado para trabajar en una residencia de la tercera edad y, tras convalidar su título, cambió para empezar en un hospital de Wiesbaden, concretamente en el área de quirófano. «No fue difícil encontrar trabajo y al querer cambiar una vez allí fue también bastante sencillo porque necesitan enfermeros en prácticamente todos los servicios de los hospitales», afirma.

Sin embargo, la enfermería en Alemania está organizada de forma distinta. «Aunque los enfermeros también pueden trabajar ahí, existe una formación profesional dual específica para trabajar en quirófano donde los estudiantes compaginan los estudios con las prácticas remuneradas pudiendo incorporarse sin problemas al puesto de trabajo una vez finalizados los estudios», explica.

Cuando se fue de España, la situación para conseguir una plaza de enfermera era «difícil», aunque recuerda que al empezar la carrera «casi nos prometían un trabajo en cuanto terminásemos». En Alemania tiene un trabajo fijo y unas buenas condiciones laborales. «He podido trabajar casi desde el principio de lo que me gusta, formándome en los distintos servicios dentro de la unidad de quirófano sin tener límite de tiempo, puesto que el contrato es, desde el principio, indefinido. Desde hace 4 años tengo una seguridad laboral y un sueldo fijo que me permiten planificar un futuro a corto y largo plazo, ahorrar y hacer cosas que en España hubiesen tenido que esperar más», cuenta.

A pesar del balance positivo, María reconoce que hubo obstáculos en el camino, el primero el idioma. «Vine aquí sabiendo muy poco de alemán y a los tres meses, una vez que tuve el B1, me convalidaron el título y pude empezar a trabajar en quirófano», relata. A pesar de ello, reconoce que «en quirófano con un B1 no te enteras de la misa la mitad» y recuerda que «terminaba todos los días agotada de intentar deducir lo que la gente decía». «También es cierto que la gente tiene, normalmente, mucha paciencia y sienten especial simpatía hacia los españoles, así que los días buenos superan con creces a los malos», añade.

«No a cualquier precio»

En un futuro, piensa en volver pero «no a cualquier precio», ya que las oportunidades y condiciones que le ofrece Alemania son «mucho mejores». Y es que la familia tira mucho. «Sigo diciendo que mi casa está en España y es que, lo peor de vivir aquí, es tener a la familia lejos. Tengo todas mis esperanzas puestas en que algún día haya un vuelo Zaragoza-Frankfurt», reclama.