Será difícil que el consejero Ricardo Oliván acabe como el extitular de Sanidad del Gobierno de Esperanza Aguirre, Manuel Lamela, el gran privatizador de la sanidad pública de Madrid, que ahora está en el consejo de administración de Capio, el mayor grupo privado de gestión de hospitales de la Comunidad de Madrid. Pero todo es posible. Porque por mucho que la presidenta Rudi tenga miedo a decirlo, el PP al hablar de la sanidad piensa en la privada. Externalizar servicios es privatizarlos. Si se crea un hospital financiado por una empresa privada la gestión nunca será pública. Los del PP tienen miedo a llamar a las cosas por su nombre. Sean atrevidos. No se arrasa la sanidad --¡faltaría más!--. Es un cambio de modelo por ideología.