Una gota líquida en el perímetro de la base y 60 metros en altura. Así será la Torre del Agua de la Expo 2008, el emblema arquitectónico de la muestra internacional a la que aspira Zaragoza que se levantará en el meandro de Ranillas a la altura visual de la estación del AVE y del puente del Tercer Milenio. Un jurado presidido por el arquitecto Juan Navarro eligió ayer entre diez propuestas el proyecto Soledad Sonora , firmado por el equipo que dirige Enrique de Teresa, profesor de Arquitectura en Madrid y autor, entre otros trabajos, del Museo de la Ciencia de Valladolid.

El edificio acogerá uno de los pabellones clave de la Expo y su flexibilidad a la hora de instalar distintos contenidos --sus 19 plantas pueden variar-- ha sido unas de bazas a su favor frente al resto de las opciones. El presupuesto de la sociedad pública que promueve la cita internacional prevé 12 millones de euros para la construcción de este pabellón, a los que se sumarán otros 12 en equipamiento interior.

La torre ganadora del concurso de ideas que convocó la sociedad de la Expo "se adapta como un guante" al programa de la muestra y a la ordenación urbanística del recinto proyectado en el meandro, según explicó ayer Juan Navarro. El jurado consideró que el autor de Soledad Sonora "acierta en la imagen y en su vinculación al entorno circundante".

Según explicó el presidente de los electores, se ha valorado especialmente la solución constructi va y el detalle de la presentación realizada por De Teresa. "Es uno de los proyectos que más soluciones aporta a las demandas del concurso", precisó Navarro. Cumple, además, con los requisitos de belleza formal y valor simbólico que se requerían en la convocatoria.

Entre los detalles singulares de la Torre del Agua se incluye el sistema de rampas en los accesos y en la comunicación interior, "que concibe la arquitectura como una paseo, a la manera del Museo Guggenheim" de Nueva York". Su imagen nocturna será "espectacular" gracias a su iluminación y a la composición de su fachada, organizada con bandas horizontales de aluminio sobre cristal.

La identificación directa con el agua está en la base; la planta de la torre reproduce la forma de una gota de agua. Su forma, según Navarro "es fluida".

La base del edificio estarán construida con hormigón y la parte superior, una cesta que se podrá dividir en un número distinto de plantas según las necesidades del momento, será metálica. Para la fachada se utilizarán el cristal y el aluminio.

Jerónimo Blasco, gerente de la sociedad de la Expo y vocal en el jurado de la Torre del Agua, aseguró que el diseño de Enrique de Teresa puede trasladarse a la realidad de la Expo sin problemas y sin necesidad de cruzarlo con otros diseños. "Todos los concurso de ideas son flexibles, pero este es nuestro concurso --aclaró--. Este edificio no sólo es una escultura, algo estético, sino que tiene que albergar un pabellón; y el proyecto es muy apto para el fin que se necesita".

Precisamente lo completo del proyecto y su sentido práctico ha colocado la torre ideada por De Teresa por delante de la que obtuvo el segundo premio, firmada por el equipo Nieto Sobejano (Madrid). Este edificio, de gran potencia visual, presenta una fachada calada que deja pasar la luz y forma en su interior una gran cascada de agua procedente de un depósito en altura. La base de la torre es un triángulo-lámina de agua, del que emerge el edificio.

El jurado concedió dos terceros premios: uno a la propuesta del zaragozano José Manuel Pérez Latorre, y otro a la que firmó el equipo b720 arquitectura.