Este año que no abrirá las puertas el Párking Norte y que todo apunta a que habrá más personas por el centro y los barrios de la ciudad durante las fiestas del Pilar, la cifra de establecimientos que han solicitado montar barras en el exterior de sus locales se ha mantenido casi idéntica a las dos ediciones anteriores. Un total de 24 negocios, el 80% de ellos del casco antiguo, lo han pedido al ayuntamiento dentro del plazo que finalizaba ayer. Son dos menos que en el 2017 -hubo 26- y una menos que en el 2016 -hubo 25-, pero desde la Asociación de Cafés y Bares de Zaragoza celebraban ayer que siguieran «en la línea de los últimos años», confirmando su consolidación.

Cada una de estas peticiones está obligada a cumplir con una normativa estricta que solo permite montarlas en aceras de cuatro metros o más y para instalar módulos de un máximo de dos metros en la vía pública. Por cada uno de estos módulos abonarán 550 euros (precio para la asociación que sería de 700 si lo pidieran por libre), y 300 por cada uno de los que instalen adicionalmente (400 sin Cafés y Bares).

En este caso, como es habitual, destaca el entorno de la plaza del Pilar y, por extensión, del casco antiguo, en zonas como las Murallas romanas, la plaza del Justicia, la de San Bruno y otros espacios donde la programación pilarista tiene previstos actos que aglutinan a vecinos y visitantes. Más demanda, más interés.

Por contra, no han cuajado tanto aquellos «supuestos especiales» que contemplaba el convenio, espacios de mucha afluencia que el año pasado se fijaron en 13 y se llenaron, aunque muchos tenían una programación intermitente, y que este, con 7 solo se ha solicitado en uno, junto a la iglesia de La Magdalena.

La calle tiene tirón, también para aquellos que solicitan licencia para actuaciones artísticas o para venta de productos gastronómicos, para los que se han otorgado 250 licencias.