Fernando Bolea, el representante del comité de GM España que ayer participó en una reunión entre los comités de las plantas europeas de GM con la Federación Europea de Sindicatos, aseguró ayer desde Fráncfort que "nos negamos al cierre de plantas y a los despidos forzosos", señalando que, en la reunión que mantendrán hoy con la dirección de la empresa en Rüsselsheim, reclamarán que se adapte al acuerdo del proyecto Olympia, "que ya recogía esos términos". Insistió que "hay voluntad de diálogo", pero a su juicio "la dirección quiere correr demasiado", por el planteamiento de resolver el 90% de la pérdida de empleo durante el 2005.

Bolea aseguró que el martes está previsto realizar asambleas en todos los turnos de la factoría de Figueruelas para debatir el plan de reestructuración de la compañía. Y aunque recordó que "ya nos esperábamos algo tras anunciar los 15 días de paros técnicos en Zaragoza, que en Eisenach son 38, por la falta de ventas", también incidió en que "no vale sólo reducir el volumen y el personal, sino incrementar las ventas y la política de márketing no parece la más correcta".

La información inicial a los trabajadores de las plantas puede evolucionar hacia movilizaciones más contundentes. Así lo manifestó ayer el número dos del sindicato IG Metall (el más potente de Alemania), Berthold Huber, quien indicó que se espera que 40.000 empleados participen en la jornada de protesta del próximo martes. "Lucharemos por cada empleo y por cada planta", advirtió, según Europa Press .

"Pedimos al grupo que negocie soluciones aceptables con los representantes de los trabajadores. Si rechaza la petición, existe el peligro de que se produzca una confrontación con consecuencias similares a las observadas en la planta de Flint (Estados Unidos) en 1998", añadió.

Las huelgas realizadas en 1998 en la planta de Flint obligaron a General Motors a suspender su actividad en Estados Unidos durante algunas semanas, con la paralización de 26 de las 29 factorías del grupo en Norteamérica. La movilización fue convocada contra los planes de la empresa para deslocalizar producción a México.

La Federación Minerometalúrgica de CCOO expresó ayer hoy su "rotunda oposición" al plan de reestructuración y acusó a la multinacional de pretender enfrentar a los empleados de las plantillas de las diferentes fábricas.