El goteo constante de muertes en la carretera no hace apreciar la verdadera magnitud de la tragedia. Sin embargo, a tenor de los más recientes datos analizados por la Dirección General de Tráfico (DGT), en los últimos seis años -incluido lo que va del 2018- un total de 279 personas perdieron la vida mientras circulaban por carreteras nacionales y vías secundarias de Aragón.

El peor año de finados de tráfico fue el 2014 con 62 en total. A estas alturas del año se habían registrado 41 muertos, frente a los 58 de este 2018, por lo que todo hace indicar que el cierre del ejercicio será uno de los más trágicos de los últimos tiempos.

Por delante están varias fiestas festivas con un importante volumen de tráfico como son el Puente de la Hispanidad, de la Constitución-Inmaculada y los desplazamientos propios de las fechas navideñas. En aquel triste 2014 nueve personas murieron en aquel periodo.

La estadística de la DGT de estos seis años también ofrece un dato que, de cumplirse, confirmaría las peores previsiones para el 2018. Y es que el mes de septiembre es uno de los más mortales. En el 2017 perdieron la vida 11 personas; en el 2016 otras 13: en el 2015 fallecieron siete, en el 2014 un total de 12, y en el 2013 hubo ocho muertos al volante.

Zaragoza es la provincia en la que más personas han muerto en las carreteras sin desdoblar en estos últimos seis años con un total de 129; seguida de Huesca con 101 y 49 en Teruel.

ATROPELLOS

También llama poderosamente la atención el incremento de los atropellos. Si a estas alturas del 2017 tan solo se había producido uno, este año hay que lamentar seis (más un séptimo que no se incorporará a la estadística oficial porque se registró en una vía sin clasificar).

Pero esta cifra no solo resalta con respecto al año pasado, sino también con ese periodo de seis años analizado por la DGT. En el 2016 murieron dos personas (una en noviembre y otra en diciembre); en el 2015 otras cuatro (durante los meses de junio a diciembre); en el 2014 perdió la vida una persona (en noviembre) y dos peatones fallecieron en el 2013 en los meses de abril y agosto.

El contrapunto a este notable aumento lo ofrecen los datos relacionados con dos colectivos especialmente sensibles: los motoristas y los ciclistas. De las seis víctimas a los mandos de un ciclomotor que se contabilizaban a estas fechas en el 2017 se ha pasado este año a la mitad.

Mejor dato si cabe muestra la estadística de los amantes de la bici. Un ciclista ha muerto este año frente a los cuatro del 2017 o los cinco que hubo en el 2016.

El análisis de los siniestros no está disponible a nivel regional, pero en el estatal, la Dirección General de Tráfico sigue detectando el consumo de alcohol y drogas como factor principal, y las distracciones en un tercio de los casos. Rara vez los informes oficiales señalan el estado de la vía, aunque asociaciones de automovilistas y sobre todo motoristas lo reivindican. Otra cuestión que destacan es que el número de desplazamientos está volviendo a ser similares a los previos a la crisis.