El servicio de Ginecología del hospital de Jaca suspendió su actividad desde el 1 de julio del 2011 al 1 de noviembre. Pese a ello siguió pagando la productividad variables a los tres profesionales que habitualmente se desplazaban hasta este centro. Se embolsaron 25.000 euros, aunque durante dicho periodo "no ejercieron ninguna actividad extraordinaria", denuncia la Cámara de Cuentas. Y lo que es todavía más preocupante, "constan las correspondientes certificaciones de servicios prestados por parte de la dirección del hospital".

Además, uno de estos tres facultativos, denuncia el órgano fiscalizador, presta como actividad ordinaria servicio de consultas de pediatría en el hospital de Jaca, "sin que se haya aportado soporte documental que ampare esta actividad, ya que en el ejercicio 2011 no existía unidad de pediatría" en este centro. Añade que "su contrato de trabajo la vincula al hospital San Jorge --de Huesca--, y en la agenda de trabajo contrata una baja actividad diaria de consultas".

El informe denuncia en sus conclusiones que en el 2011 no existieron acuerdos individualizados para los facultativos anestesistas que se desplazaban desde los hospitales San Jorge y Barbastro, al de Jaca para realizar guardia de presencia física de 24 horas. "Estas guardia se retribuyeron a 751 euros, un precio que excede aproximadamente en un 39,1% el valor de una guardia ordinaria realizada por cualquier profesional del Salud".

CONTROL DE FÁRMACOS La Cámara de Cuentas no solo detecta prácticas irregulares en la contratación. El sistema de control de las compras tampoco cumple con los parámetros que entiende como correctos el órgano fiscalizador. Se detecta un error de parametración de los movimientos de fármacos en el hospital Clínico de Zaragoza. Algo que hizo que las existencias de los productos se fueran cargando al mismo tiempo que las compras, pero no se descargaran los consumos. Por ello la cifra de existencias de fármacos estaba sobredimensionada en 54 millones de euros y que falte por recoger un consumo de productos por importe de 35,02 millones de euros.

El informe constata que las cuentas de existencias no se actualizaban al cierre de cada ejercicio en los distintos almacenes de los centros del Salud. "Tampoco consta la realización de recuentos físicos" para corregir las posibles diferencias de inventario que hayan podido producirse durante el año. De tal forma que la cifra del balance, que asciende a 63,33 millones "no refleja el stock real", y en consecuencia la cuenta de resultado tampoco refleja el consumo real ni el gasto.

El documento señala también que el periodo de pago del gasto corriente fue de 204 días y que existían unas "diferencias muy significativas entre unos proveedores y otros". En limpieza y transporte sanitario urgente, por ejemplo, se abona el dinero en 65 días. Sin embargo, en producto farmacéutico, implantes y hemodiálisis el plano de imputación presupuestaria era de 248 días y el periodo medio de pago era de 439 días. En seis casos se alcanzaron incluso los 600 días, denuncia este órgano.