El Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA) tiene pendiente de decidir sobre un recurso contencioso-administrativo que, de estimarse, supondría la derogación de la ordenanza municipal sobre bares y la eliminación de las conocidas como zonas saturadas. Estas son áreas protegidas contra la apertura de nuevos locales de ocio nocturno, creadas con objeto de garantizar el descanso de los vecinos. Pero asociaciones vecinales y hosteleras llevan tiempo pidiendo que se eliminen por obsoletas, aunque sea por razones distintas.

El recurso que podría conllevar la derogación de la norma municipal fue interpuesto por la Asociación Plataforma de Empresarios Hosteleros de Aragón (APEHA). Según su abogado, Enrique Puértolas, el Ayuntamiento de Zaragoza --y más concretamente el área de Urbanismo-- lleva años promulgando normas en el sector que tratan de adaptar la legislación autonómica (en este caso, del 2005) a sus ordenanzas, en lugar de dictarlas en función de la norma superior, como marca la ley.

Como ejemplo expone la polémica generada por la distinción entre pubs y bares con música (ver página anterior), cuando en el catálogo de establecimientos recogidos por el Gobierno de Aragón esta no existe. De hecho, la DGA recordó en un punto específico de la ley de acompañamiento a los presupuestos, en enero de este año, que todos los ayuntamientos deben adaptar sus normativas.

Este punto genera dificultades en la concesión de nuevas licencias en zonas saturadas. Para Apeha, este problema debería eliminarse de raíz, porque el objetivo de las zonas saturadas quedó obsoleto con la crisis --y el cierre de alrededor del 60% de los bares nocturnos del Royo y el Casco Histórico-- y el cambio de hábito de los jóvenes.

Según Puértolas, el consistorio se ha visto obligado a retirar muchas sanciones en los últimos años porque estaban impuestas con arreglo a la ordenanza municipal, pero no a la ley autonómica. Del mismo modo, entiende que la no concesión de multilicencias --que permiten a los bares trabajar en horario diurno y nocturno, con el pago correspondiente-- no debería suponer la creación de nuevos permisos, sino la ampliación de los ya existentes.

Jorge Bernúes, el gerente de la asociación Cafés y Bares, mayoritaria en el sector, se mostró de acuerdo en que con la situación actual "convendría facilitar que se trabajase el mayor tiempo posible".