La reunión del equipo de Gobierno de Zaragoza que tuvo lugar ayer no fue una más. En ella, dos de los temas que más polémica y tiempo ocuparon durante el anterior mandato encontraron respuestas que hasta ahora no tenían. La primera, la adjudicación del servicio de conservación de las zonas verdes que tantos quebraderos de cabeza provocó a ediles, empresarios y juzgados. La segunda, el regreso de la Unidad de Apoyo Operativo (UAPO), después de que el consistorio comandado por ZeC sustituyera su denominación por Unidad de Refuerzo Flexible (URF) y cambiara los uniformes de los agentes. Con ello, este grupo vuelve a su esencia desde que fue creada en el año 2006, aunque lo cierto es que su función no ha variado desde entonces.

Fue a principios de este año cuando se concretó un cambio que venía fraguándose en el seno de Zaragoza en Común desde hacía tiempo. Desde que llegara este grupo a la Alcaldía se dispararon los rumores acerca del futuro de la unidad y, durante todo el mandato, el murmullo alrededor fue constante.

REORGANIZACIÓN

De hecho, entre las propias filas del partido hubo ciertas contradicciones alrededor, como puso de manifiesto que el concejal de Servicios Públicos de entonces, Alberto Cubero, hablara de su disolución, mientras que la delegada de Policía Local, Elena Giner, hablara de reorganización.

Finalmente, ni una cosa, ni la otra, más allá del maquillaje que supuso su nueva denominación y el cambio de uniformidad, que pasó a ser muy similar al del resto de policías locales al perder sus protecciones y botas, rasgos que visualmente recordaban más a la Unidad de Intervención Policial (UIP) que a profesionales municipales.

Fue el 17 de octubre del 2018 cuando el Consejo de Gobierno dio luz verde a la sustitución de uniformes, nuevo nombre y áreas de actuación, mientras se mantenían calendarios, salarios y número de agentes. La medida se tomó con toda la oposición en contra y el rechazo de los 114 agentes que conforman la unidad. En ese momento, Giner justificó la decisión alegando que la UAPO se creó «en un contexto determinado que difiere del actual», con vistas a la Expo 2008 y a reformas de la Ley de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que iba a dar más competencias a la Policía Local que no se produjo.

Esta unidad se introdujo en el 2006 con el fin de que resultara flexible y con formación específica para actuar en determinadas situaciones. El socialista Juan Alberto Belloch ostentaba el bastón de mando de la ciudad en ese momento, cuando decidieron que era necesaria para controlar las zonas de bares, el botellón y la venta de drogas. También, para intervenir en altercados y apoyar a sus compañeros en acontecimientos especiales y aglomeraciones.

El antiguo concejal socialista y ahora consejero de Hacienda del Gobierno de Aragón, Carlos Pérez Anadón, se encargó de su concepción. En ese momento, la propuesta logró la unanimidad del pleno. No obstante, Pérez Anadón ya subrayó el año pasado que estos agentes «nunca asumirían tareas de la Policía Nacional».

La concreción de su fin como se concibió llegó el 21 de enero de este año y los grupos que ahora ostentan la Alcaldía ya avisaron que recuperarían la denominación de UAPO si llegaban a la corporación. Dicho y hecho: El consejo de ayer lo aprobó, como también su Relación de Puestos de Trabajo y la compra de las juntas de los chalecos de seguridad para que se vuelva a la uniformidad anterior. «Era un compromiso del Gobierno que permitirá que vuelva a ser lo que era en pocos días», confirmó la portavoz municipal, María Navarro.