La unidad de cuidados intensivos (uci) del hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza se encuentra actualmente a punto del colapso al tener tan solo dos plazas libres debido a que del 51 total de camas disponibles, 38 de ellas se encuentran ocupadas por pacientes covid y 11 por otras patologías. Una situación que ha llevado a este centro a comenzar a trabajar en la carpa auxiliar instalada en el párking y, por otro lado, al Royo Villanova a habilitar un área sectorizada en urgencias. Así lo reconocieron ayer el gerente del sector Zaragoza III, José Ignacio Barrasa, el director del centro, Joaquín Costán, la coordinadora del servicio de Urgencias, Beatriz Amores y la directora de enfermería, Elena Altarribas.

En estas últimas semanas, el hospital está atendiendo una media diaria de 250 urgencias, llegando incluso a 300, de las que entre 45 y 50 son personas con sospecha de covid-19. Además, según señaló Costán se producen entre 20 y 23 ingresos por jornada «llegando a alcanzar picos de 30 ingresos por coronavirus al día». En cuanto al personal que atiende a los pacientes ingresados en uci, Barrasa explicó que van «justos» y que «la limitación fundamental para poder instalar más camas es el personal, tanto médico como de enfermería». Por este motivo, desde Sanidad se ha hecho un llamamiento a todas las personas que tengan experiencia en la unidad de cuidados intensivos para poder reforzar al personal que ya está trabajando.

De las 800 camas de hospitalización convencional que posee el centro, 234 están reservadas para pacientes con coronavirus divididas en cuatro plantas, de la 10 a la 13, y actualmente hay ocupadas 173. Además, el Clínico gestiona directamente 20 camas del centro Covid del barrio rural de Casetas, de las que 12 están ocupadas.

Barrasa manifestó que los picos más altos se localizaron en la última semana de octubre y la primera de noviembre y que actualmente Aragón se encuentra «en una meseta ligeramente descendente» que lleva al personal sanitario a ser optimista y mantener una visión esperanzadora de que « la presión en una semana se aligere bastante». De momento, los 277 nuevos casos registrados en las últimas horas mantienen la tendencia a la baja de la curva de contagios.

RELACIÓN DIRECTA

Ante estas cifras tan escandalosas, cabe destacar que hay una relación directa entre los positivos que se detectan diariamente a nivel comunitario con el número de ingresos que se produce a posteriori así como el ingresos en uci. Es decir, actualmente dichas cifras aún se corresponden con los incluso 1.300 positivos que se llegaron a notificar en 24 horas en la comunidad aragonesa. «Siempre hay una relación directa entre el número de ingresos en hospitalización y la probabilidad de que alguno de los pacientes vaya a la uci, lo que pasa es que hasta ahora hemos conseguido compensar las altas de esta unidad con los ingresos», explicó Barrasa.

El tener que hacer frente a cifras tan elevadas de pacientes covid, más el resto de pacientes con otras patologías, ha llevado al Salud a habilitar nuevos espacios en los hospitales de la capital aragonesa para conseguir aliviar la situación en las urgencias así como dar más comodidad y espacio a los pacientes, que no compartirán sala con aquellas personas que lleguen con patologías previas de covid.

Uno de estos espacios es la carpa auxiliar que lleva desde agosto instalada en el párking de urgencias del hospital Clínico Universitario Lozano Blesa y que, después de unas adaptaciones en la iluminación y en el equipamiento, comenzó a funcionar ayer recibiendo a sus primeros pacientes. Por su parte, el hospital Royo Villanova de Zaragoza comenzó ayer también a utilizar una nueva área sectorizada en su servicio de urgencias para pacientes covid, o con sospecha de serlo, que están a la espera de ser ingresados o de resultados de pruebas. Dicha unidad se ha instalado en la antigua sala de espera para familiares y tiene capacidad para hasta diez pacientes. Según informó el Departamento de Sanidad del Gobierno de Aragón, para poder hacer esta mejora se ha tenido que cambiar de ubicación esta sala de espera y actualmente se encuentra en seis módulos prefabricados en una zona exterior anexa a las urgencias.

Unas instalaciones que, sobre todo, aliviarán la zona de urgencias que con el Estado de Alarma apenas hacía frente a otras cosas que no fueran covid, y que ahora mismo se encuentran en una situación «muy mala». Así lo definió la doctora Amores, que aseguró que si «siguen a este ritmo, habrá un tiempo que no podremos atender a los pacientes». A pesar de esto, señaló que se está manteniendo una actividad quirúrgica «bastante importante» gracias a que todo el personal se está esforzando «para atender todas las demandas de la población».

Amores diferenció a los dos tipos de pacientes que están llegando al hospital con covid-19 y explicó que se trataba, o bien de personas mayores con patologías previas que vienen desde residencias, o pacientes jóvenes, entre 30 y 50 años, algunos de los cuáles «necesitan uci desde el principio». La mayor diferencia que la coordinadora de urgencias encuentra con la primera ola es que «la mayor parte de los pacientes vienen ya diagnosticados desde la Atención Primaria y eso nos facilita mucho la gestión».

Además, señaló que en esos primeros meses «dejamos de tratar a muchos pacientes que se quedaron en casa por miedo», pero ahora se atienden todo tipo de patologías, de forma que a los 30 ingresos diarios por coronavirus hay que sumar otros 30 por otras enfermedades. «No es lo mismo ingresar a 40 o 45 pacientes al día solo de covid-19, como ocurrió en marzo y abril, que a unos 60 por jornada, como ahora», aseveró. «Tenemos que sobrevivir al virus pero tenemos que tratar también al resto de pacientes, por lo que abrir la carpa para nosotros no es cómodo, pero lo hacemos porque no estamos bien», zanjó.