Se cumplen cinco años de lo que se podría considerar el inicio oficial de la mayor crisis internacional desde la Gran Depresión de los años 30 y la sociedad española se despierta ahora, en su conjunto, mucho más pobre que el 15 de septiembre del 2008. Aquel día el banco norteamericano Lehman Brothers protagonizó la mayor quiebra de la historia y hundió a la economía mundial en un pozo del que aún no ha logrado salir.

Un lustro después, la renta disponible de los hogares españoles (677.477 millones) es el 5,5% inferior a la de entonces. La erosión del poder adquisitivo de las familias españolas llega, en media, al 15% si se tiene en cuenta que desde entonces el índice de inflación ha subido más del 9%. Por todo ello, los salarios que llegan a los hogares (481.038 millones) tienen el 20% menos de poder de compra y el desgaste solo ha podido ser compensado mínimamente por las prestaciones sociales (186.520 millones) que han subido el 35%.

El gasto en desempleo ha crecido, a pesar de que la prestación solo alcanza ahora al 65,9% de los parados (el 73,9% en el 2008). Las prestaciones por dependencia y las ligadas a sanidad (medicamentos y asistencia) y educación (becas) han sido blanco de los grandes recortes de gasto público y ya no queda rastro del cheque bebé de 2.500 euros que se puso en marcha a finales del 2007.

La pérdida de 3,4 millones de empleos y una cifra de parados que se ha duplicado con creces hasta rozar los 6 millones son los datos más contundentes que conducen a lo que el profesor de Sociología de la Universidad de Barcelona Xavier Martínez-Celorrio considera como "el shock más traumático de los últimos 30 años". El Fondo Monetario Internacional (FMI) pronostica que España apenas crecerá el 1,6% en el 2018, diez años después del inicio de la crisis, y los analistas hablan de una "década perdida" para el crecimiento y el empleo.

El 70% de los españoles cree que sus hijos vivirán peor que ellos, según el centro de estudios Pew Research. "Es un dato muy deprimente, pero realista, puesto que es la forma que tienen los ciudadanos de asumir de forma resignada el papel de España ante la economía globalizada", interpreta Celorrio.

Según el sociólogo, este "reajuste de expectativas" incluye nuevos comportamientos que van del miedo, el individualismo y la austeridad del gasto familiar, a la cooperación y la solidaridad a escala más pequeña y vecinal. "Ante los ojos europeos, la sociedad española sigue siendo demasiado resignada y contenida ante la magnitud de esta triple crisis (económica, social e institucional) y la baja calidad de su actual generación de líderes", valora Celorrio. La demografía también se resiente. Ahora hay casi medio millón menos de extranjeros viviendo en España. En el 2012 unos 60.000 españoles emigraron a otros países, casi el doble que en el 2008 (34.347).

MENOS INGRESOS, MENOS GASTO

En el 2008, con un Gobierno (el de José Luis Rodríguez Zapatero) que siguió negando la crisis durante dos años más, la renta disponible por habitante era de 19.421 euros y la economía española aspiraba a incorporarse al club de los ocho países más ricos (G-8). Ahora la renta per cápita es de 18.189 euros, el 6,3% menos que entonces (el 15% menos si se añade la inflación).

El salario mensual medio se sitúa ahora en 1.809 euros (el 4% menos en términos reales que en el 2008) y el ingreso medio por hogar ha pasado de 26.500 euros en el 2008 a 24.609 euros en el 2011 (el 7% menos, el 16% menos en términos reales). Al mismo tiempo han subido los impuestos (el tipo máximo del IRPF ha pasado del 45% al 52% y el tipo medio del IVA, del 16% al 21%). Las familias se han visto obligadas a apretarse el cinturón y en el 2012 gastaron una media de 28.151,51 euros, el 11% menos que hace cinco años (el 20% en términos reales). También ahorran menos y la tasa de riesgo de pobreza en niños ha subido hasta el 25,9% mientras que el número de hogares con todos sus miembros en paro se sitúa en 1,8 millones.

Se venden aproximadamente la mitad de los coches nuevos y de viviendas que en el 2008 y hay un 44% de hogares que no se pueden permitir ni una semana de vacaciones. De cada tres coches que se compran, dos son de segunda mano y uno, nuevo. Hace cinco años era al revés.

SECTOR PÚBLICO

Las estrecheces, cuando no penurias, de las familias son solo el reflejo de las que atraviesa el sector público. En el 2008, el déficit de las administraciones públicas ya se había disparado al 4,5% del PIB (tras tres años seguidos de superávit). En el 2009 llegó al 11,18% y en el 2012, al 10,64%, en parte por el rescate bancario. Hace cinco años, a cada español le correspondía una media de 9.568 euros de deuda pública. Ahora, 20.185 euros.

Las empresas, por su parte, han sufrido una mortalidad del 8% (el censo actual es de 3,146 millones) y sufren los rigores de la falta de crédito a los negocios, cuyo saldo ha caído el 31,7% en estos cinco últimos años. La banca lucha contra una morosidad que se casi se ha triplicado, hasta los 181.975 millones.