Un accidente de tráfico provocó ayer un incendio forestal en los pinares de Zuera. A medianoche ya habían ardido en torno a 1.500 hectáreas y las llamas seguían incontroladas, y unas horas antes los bomberos de la Diputación de Zaragoza habían evacuado a los 300 vecinos de la localidad de Castejón de Valdejasa. El Gobierno aragonés decretó la alerta de nivel 2 y solicitó la actuación de la Unidad Militar de Emergencia, que tiene una de sus bases en la capital aragonesa.

Los hechos ocurrieron poco después de las 14.30 horas, cuando un turismo que circulaba por la carretera A-1102, que une Villanueva de Gállego con Castejón, se salió de la vía por causas que se desconocen y se empotró contra un árbol.

Como consecuencia del choque, el vehículo ardió y, aunque los dos ocupantes lograron salir por sus propios medios con lesiones leves, las llamas alcanzaron otros pinos y se extendieron rápidamente por la masa forestal.

El lugar, conocido como Alto de San Sebastián, está a escasos tres kilómetros del cerro de la Palomera, donde en 1995 ardieron 4.200 hectáreas en otro incendio.

Los servicios de extinción actuaron "con gran rapidez", según manifestó sobre la zona el primer teniente de alcalde de Zuera, Francisco Javier Nasarre, y al lugar se desplazaron la cuadrilla helitransportada de Ejea, la Brigada de Intervención Forestal de Daroca, cuatro hidroaviones, cuatro helicópteros, cuatro cuadrillas terrestres, cinco autobombas, dos bulldozers y elementos de la Unidad Militar de Emergencia, entre otros efectivos.

Asimismo, numerosos voluntarios de Zuera, Tauste y Ejea acudieron con sus cisternas con agua para recargar las balsas de donde se aprovisionaban los helicópteros.

DESALOJO. Pese a esta movilización de personal y de medios, no se pudo impedir que las llamas saltaran la carretera A-1102 por varios puntos, por lo que quedó cortada a la circulación de vehículos a la altura del cruce de Ejea, y que el fuego se extendiera con rapidez en dirección a Castejón de Valdejasa.

Los aparatos aéreos regaron los alrededores de la localidad en un primer momento, pero finalmente se decidió la evacuación de sus habitantes debido al humo. El peligro de que las llamas llegaran a afectar al núcleo urbano se consideraba muy remoto.

Para acoger a los alrededor de 300 vecinos desalojados se habilitaron las instalaciones del albergue de Ejea y del polideportivo de Tauste y se movilizó en estas localidades a los voluntarios de Protección Civil, aunque muchas personas optaron por alojarse en casas de sus familiares para pasar la noche.

Las altas columnas de humo se podían apreciar desde más de 30 kilómetros de distancia, y en toda Zaragoza, que dista 25 de los pinares, se dejaba notar una neblina y el olor a madera quemada.

Según explicaron fuentes del Gobierno aragonés, cuyo director general de Gestión Forestal, Alberto Contreras, se desplazó a la zona para seguir la evolución del fuego sobre el terreno, el sector afectado es de difícil acceso, circunstancia que, unida a un viento cambiante, había permitido la rápida propagación de las llamas y dificultaba el trabajo de los servicios de extinción.

La lluvia que descargó sobre el sector en torno a las 21.00 horas, y que persistió de forma intermitente, supuso un alivio, pero no contribuyó a cambiar significativamente la situación.

Al anochecer, la retirada de hidroaviones y helicópteros obligó a un cambio de estrategia, con el reforzamiento de las unidades terrestres, con el objetivo de limitar en lo posible la extensión de las llamas hasta que, a primera hora de hoy, vuelvan los aparatos.

Por su parte, ante las dificultades para controlar este incendio, el Ministerio de Defensa no descartaba ayer reforzar las dotaciones de tierra y trasladar a la zona al I Batallón de Intervención, con sede en la localidad madrileña de Torrejón de Ardoz.

A última hora de la noche se permitió que los habitantes de Castejón regresaran al pueblo, aunque muchas personas prefirieron pernoctar en las viviendas de sus allegados en la comarca.