Los próximos días serán de nervios en más de 700 comunidades. Las ayudas convocadas por el Gobierno de Aragón pueden reducir a la mitad las derramas necesarias para las obras de rehabilitación, accesibilidad o mejora de la eficiencia energética. Es el caso de un edificio de la avenida Pablo Gargallo de Zaragoza.

Están pendientes de la resolución el próximo mes de octubre porque requieren los fondos para instalar dos ascensores. La administradora, Lola Ballestín, destaca que debe de ser uno de los pocos inmuebles con más de 40 pisos que todavía no ha podido hacer frente a esta intervención.

Una de las críticas que la profesión lanza a la convocatoria ha sido lo ajustado de los plazos. «Hemos estado todo el mes de agosto como locos», lamenta Ballestín. En su caso ha tenido que preparar la documentación para otras dos fincas que administra. «Si conceden la subvención los costes se pueden reducir a la mitad», ilustra.

En el aspecto positivo del llamamiento realizado por el Gobierno de Aragón está el asesoramieto directo. «Hemos tenido charlas e incluso un correo electrónico para consultar las dudas», explica.

En Pablo Gargallo miran sus escaleras y esperan el anuncio de que han sido agraciados con los fondos. Llevan desde el 2008 estudiando soluciones arquitectónicas para instalar los elevadores. Y el importe final será muy costoso para unos vecinos envejecidos y de clase media baja. «Confío ciegamente en que hemos cumplido los requisitos», concluye Ballestín.