Saludos. Besos. Selfis. Más apretones de manos. Más abrazos, y todo palabras bonitas. Ayer, 3 de abril, la democracia estaba de cumpleaños: 40 primaveras desde que se celebraron las primeras elecciones municipales. Y ante una fiesta así qué mejor que hacerlo con los concejales que han pasado por el Ayuntamiento de Zaragoza.

Como cada abril, la casa consistorial albergó la XV edición de los premios 3 de Abril que convoca la Asociación de Exconcejales Democráticos de Zaragoza. En un cumpleaños tan redondo y que coincide con las elecciones, Luisa Fernanda Rudi y Juan Alberto Belloch, que reivindicaron el municipalismo, fueron distinguidos por su papel al frente de la ciudad.

Antes de salir al atril para dar una lección de municipalismo y democracia, hicieron lo que toca en estos actos y que ahora, en precampaña, es más importante que nunca: las fotos. Porque todos saben que en este ambiente se buscan las fotos. Primero la de Belloch y Rudi saludándose, luego la de Pedro Santisteve hablando con ambos, mejor si era en el mismo corrilo y, ya por último, los dos distinguidos con los alcaldables de sus partidos. Así que Jorge Azcón posó con la senadora autonómica y Pilar Alegría con el magistrado de la Audiencia Provincial de Zaragoza. Hechos los deberes, llegó el turno del reconocimiento. Sentados los dos juntos en primera fila, la primera en recibir los aplausos de los asistentes fue Rudi para quien la democracia es un éxito «colectivo de todos los ciudadanos». Alcaldesa desde 1995 hasta el 2000, Rudi aseguró que ayer era un día de alegría y de felicitaciones tras 40 años trabajando por «un proyecto común que nos permitió igualarnos al resto de países europeos y conseguir un gran avance económico, social y político».

Belloch, sin mencionar a nadie ni a ninguna institución, se mostró más crítico con la nueva política y, sobre todo, con la nueva manera de hacer política.

«Tengo la sensación de que en los últimos años se está perdiendo en calidad democrática», afirmó. Pero hay esperanza, vino a decir, porque «se puede regenerar la democracia».

Alcalde de Zaragoza desde el 2003 hasta el 2015, recordó que la primera vez que llegó a un acuerdo con Rudi fue para que la ciudad apostase por el bicentenario y la Expo 2008.

Para el socialista, que ayer no pudo saludar a Carlos Pérez Anadón porque se perdió la cita, «hay que pensar y actuar a lo grande», porque solo así se puede solucionar «lo pequeño». Hizo un llamamiento a la «participación» para que «el ciudadano pueda sentir suyos los proyectos de la ciudad».

Cuatro años después de haber dejado el bastón de mando del consistorio zaragozano, Belloch aireó la satisfacción de haber dirigido la ciudad. «Nuestro proyecto valió la pena porque hicimos un gobierno democrático sensato y razonable», aseguró, para mostrar su deseo de que se contagie y, ya de paso, que «de buenos resultados al PSOE». Porque en su breve discurso, Belloch tuvo tiempo para criticar la situación política actual, hacer un llamamiento a la esperanza y pensar en el futuro, ese en el que quiere que Pilar Alegría sea la próxima alcaldesa. «No voy a decir que prefiero que gane Pilar», dijo despertando las risas de los asistentes, algunas más forzadas que otras.

Pero ayer era un día de fiesta. La fiesta de la democracia. Y todo era buenrollismo y buenos recuerdos.