Incertidumbre y molestia son los sentimientos que acompañan estos días a los taxistas zaragozanos. La obligación de que los menores de 12 años viajen en los turismos con sistemas de sujeción especiales ha causado revuelo e incredulidad en el sector y la sillita es ya un tema al rojo vivo entre los círculos de taxistas.

"Las sillas serán más un problema que una solución. Las leyes son para mejorar la seguridad, pero la nueva nos impide ofrecer un servicio en condiciones, porque ¿dónde meteremos la silla si no se usa? ¿cuántas tenemos que llevar? Va a ser un lío absoluto, al menos en la ciudad", se quejaba ayer el taxista Angel Hernández, ante la puerta de la estación de autobuses de Agreda.

Junto a él y en corrillo, sus compañeros de profesión asentían y se sumaban a las críticas contra el nuevo reglamento. "Sería bochornoso que nos parara el taxi una madre con dos niños y que no le pudiéramos coger por no tener las dos sillas", planteaba el taxista Mariano Pastor, que hace hincapie en que la calidad del servicio se verá muy afectada si tienen que discriminar clientes.

"Si metemos la silla en el maletero, no habrá sitio suficiente para las maletas de otros pasajeros, y si la adaptamos de forma fija en el asiento perdemos una plaza", argumentaba Jose Ramón Gonzalbo, quien ironizaba así sobre la situación: "Que nos pongan a todos un monovolumen y tendremos espacio".Dudas y confusiónJunto a las críticas, la confusión guiaba las conversaciones. "Supongo que somos nosotros quienes pagamos la silla, pero no tengo ni idea de si tendremos subvenciones o no", manifestaba uno de los taxistas en el corro de Agreda. Su compañero José Luis Pérez atajaba las dudas con su determinación: "Es imposible de aplicar. Por eso no tengo intención de comprar ninguna sillita". En cambio, otros se mostraban más cautos, como José: "Llevo 50 años trabajando en el taxi y veo muy difícil implantar la sillita. Si nos obligan habrá que aceptarlo, pero que vengan a explicarnos cómo hacerlo".Las dudas e interrogantes que plantea la nueva norma no son exclusivos del sector de los taxistas. También padres y madres comparten esa inquietud, aunque sus opiniones son más diversas. "En el ámbito de la ciudad de Zaragoza no creo que sea necesaria la medida de las sillitas, porque resulta algo absurda y difícil para los propios taxistas", afirmaba ayer Belén, madre de dos gemelas de seis años.De opinión contraria era Mar Soriano, una zaragozana con una niña también de seis años: "Los taxistas se tendrán que adaptar a la nueva norma, porque la seguridad es para todos, especialmente para nuestros hijos"."Ayer iba con mi hija pequeña en el cochecito de ruedas y pedí un taxi, pero no paró. Creo que se hizo el despistado para evitarse problemas", explicaba ayer Cristina Carod, otra madre zaragozana, que añadía:

"Supongo que somos nosotros quienes pagamos la silla, pero no tengo ni idea de si tendremos subvenciones o no""Es imposible de aplicar. Por eso no tengo intención de comprar ninguna sillita""Llevo 50 años trabajando en el taxi y veo muy difícil implantar la sillita. Si nos obligan habrá que aceptarlo, pero que vengan a explicarnos cómo hacerlo"

"En el ámbito de la ciudad de Zaragoza no creo que sea necesaria la medida de las sillitas, porque resulta algo absurda y difícil para los propios taxistas"

"Los taxistas se tendrán que adaptar a la nueva norma, porque la seguridad es para todos, especialmente para nuestros hijos"

"Ayer iba con mi hija pequeña en el cochecito de ruedas y pedí un taxi, pero no paró. Creo que se hizo el despistado para evitarse problemas""Es una situación difícil, porque para los taxistas es un incordio. Dentro de la ciudad puede ser suficiente con sujetar a los niños nosotros"