«El papel de la mujer en la lucha de liberación es uno y el papel del hombre es otro distinto, pero no tenemos por qué estar enfrentados, sino al revés, podemos colaborar», afirma José Vitoria, secretario de la Asociación de Hombres por la Igualdad de Aragón, un colectivo que ya acumula más de 15 años tratando de concienciar a la sociedad de la necesidad de luchar contra el patriarcado por una sociedad más justa. Precisamente, y con motivo del 8-M, sus miembros participarán en la jornada reivindicativa aunque, eso sí, Vitoria lo deja claro: «La iniciativa es absolutamente de las mujeres y como hombres vamos a apoyar en todo lo que podemos».

Lo hacen, en primer lugar, con el llamamiento a participar en la huelga laboral, estudiantil y de consumo. De la misma forma, invitan a que las mujeres sigan la de cuidados no retribuidos, como el de personas mayores y niños en el ámbito doméstico. Una labor de la que, subraya, se han encargado ellas, por lo que invita a los hombres a que se hagan cargo de estas tareas mientras que las mujeres, «compañeras vecinas o amigas», están en huelga.

Para ello, existe un grupo de apoyo de hombres que acude a los llamamientos que hace la organización en ese sentido. Si el año pasado lo conformaban unos 50, este año rondan el centenar.

Como asociación, estos varones organizan diversas actividades, como charlas en cursos en colegios e institutos. También, una rueda en contra de la violencia machista. Esta la hacen todos los años, en noviembre, y en ella invitan a todo hombre a expresar que esta violencia no la quieren.

Así, y aunque el secretario observa que cada vez «hay más sensibilización», matiza que no es por los hombres, sino por las mujeres. «Gracias al trabajo de las mujeres, del movimiento feminista, y de algunas pequeñas aportaciones de hombres como nosotros, el tema de la igualdad está mucho más avanzado». No obstante, advierte: «Queda mucho». Para ello, considera que los hombres deben «renunciar a los privilegios» que la estructura patriarcal les ha otorgado «por una cuestión de justicia».

Además, observa ventajas en ello: «Los hombres podemos salir beneficiados en una sociedad igualitaria». «A los varones nos han adjudicado una manera de ser hombres, de roles -como el del triunfador o los asociados a la autoridad- que, nos guste o no, tenemos que cumplir. Y, si no, somos poco hombres o malos», remarca. Al frente, propone ganar aspectos como el disfrute del cuidado: «Dedicarse a ellos es una cosa supergratificante», recalca. También, observa ventajas en pareja: «Tener una actitud igualitaria te da una relación mucho más satisfactoria y completa que una autoritaria y posesiva», añade.

En definitiva, y aunque evalúa este cambio como «imparable», estima que se tardarán generaciones en lograr una sociedad igualitaria. «El patriarcado está todavía muy vivo, aunque la sociedad va avanzando», concluye.