Los vecinos de Épila están cansados de «robos, agresiones e inseguridad». Así lo denunciaron ayer más de medio millar de personas que marcharon entre la plaza de España y el centro social bajo el canto de La gente buena es bien recibida, la gente mala no la queremos. Reclamaron más presencia policial al considerar que parte de la población ha abandonado el municipio «por miedo».

La manifestación, con mucha más afluencia de la prevista por los organizadores, se ha convocado en una semana con más sobresaltos de los habituales. El último fue la denuncia de un profesor del instituto de Primaria que necesitó cogerse una baja tras ser golpeado por un alumno de once años. Y la Guardia Civil arrestó esta misma semana a tres personas, una de ellas menor de edad, por un presunto delito de robo con violencia en un domicilio con sus residentes en el interior.

La asociación vecinal de la localidad señaló que en los últimos 70 días se habían producido 32 incidentes relacionados con la inseguridad. «Cada dos días pasa algo», explicó el presidente de la agrupación, José María Simón. Además, animaron a denunciar cualquier incidente al considerar que las estadísticas oficiales no reflejan la realidad del municipio. «Tenemos que cambiar el ambiente negativo en el que estamos», dijo el vicepresidente, José Ignacio Martí.

Sin embargo, la alarma social sobre la que alertan los vecinos no se corresponde con los datos oficiales. Según las cifras del último balance de criminalidad, los delitos han descendido un 13% entre septiembre del 2017 y septiembre del 2018. Además, los esclarecimientos de estos sucesos han ascendido un 38% en el mismo periodo de tiempo.

Gran parte del descontento vecinal recae sobre una serie de familias a las que acusan de vivir como okupas y de no estar integradas en el municipio. «La situación es insostenible, porque no son muchos los que hacen las cosas, pero son suficientes», apostilló un vecinos.

NUEVA POLICÍA LOCAL

Muchos de los cánticos en la marcha y algunas pancartas señalaban al alcalde del municipio, Jesús Bazán, como «culpable por omisión» del estado de tensión. Los vecinos convocados le reprocharon que se han ignorado las peticiones de vigilancia. «Las protestas comenzaron en el 2013 y los ladrones son los mismos que entonces, solo que ahora se han sumado las nuevas generaciones», indicaron en el manifiesto.

El regidor insistió en que la presencia policial no ha descendido y niega que la situación actual justifique una movilización como la de ayer. «Hemos podido tener un repunte de incidentes, pero se trabaja para evitarlo», aseguró Bazán. Y adelantó que el próximo año se pondrá en marcha un cuerpo de Policía Local, sobre todo por la próxima instalación de una gran planta cárnica.

Desde la asociación vecinal anunciaron que trasladarán su descontento al Gobierno de Aragón en una reunión. «No se puede fiar el futuro de Épila a que la gente venga atraída por una gran empresa mientras el resto necesitamos pedir amparo», aseguró Martí.