Aunque a día de hoy la situación no se acerca a lo que un día fue la zaragozana zona del Rollo, los vecinos de Moncasi tienen claro que no quieren volver al pasado. El reciente auge que ha experimentado en los últimos meses esta zona de copas hace temer a los residentes un revival de lo que sucedía cada fin de semana hace ya algunos años -nunca demasiados para ellos- con cientos de jóvenes congregados en sus calles cuando caía la noche. Una revitalización que quieren evitar a toda costa y por la que ya han tomado cartas en el asunto.

La Policía Local de Zaragoza ha interpuesto 136 denuncias desde enero de 2017 hasta enero de 2018 en la zona del Rollo. Además desde que comenzó el 2018 están intensificando su labor en estas calles. La mayoría de las denuncias corresponden a la superación del límite de decibelios, permitir que los clientes saquen bebidas a la calle o por no velar por que los consumidores monten escándalos en la calle. También, por faltas de licencia y por exceso de aforos. Si se tienen en cuenta los meses de febrero y marzo, se superan las 170. Según informan fuentes policiales, el local de Maestro Marquina acumula todas las semanas dos denuncias -los viernes y los sábados- desde el pasado mes.

MEDIDAS / El consistorio ya baraja algunas medidas que aguardan expectantes en estas calles. La prohibición de la declaración responsable para abrir bares en zonas saturadas y el rediseño de éstas, nunca realizado desde que se crearan en 1995, son sus dos principales bazas. Se trata de una fórmula que permite iniciar la actividad en el momento de su presentación hasta que se apruebe la licencia.

Contradiciendo a Manrique, no cualquier tiempo pasado fue mejor para estos vecinos y, con ese fin, han revitalizado la asociación que durante los 90 y la primera década de este siglo fue su caballo de batalla para luchar contra el ocio nocturno en su vecindario.

CAMBIOS / Carlos Monge es el presidente de la asociación vecinal La Huerva, que actualmente ya congrega a 61 residentes. Este vecino detalla que han logrado avances después de dialogar durante varios meses con las distintas administraciones y entidades de la ciudad; trabajo que encontró el 2 de febrero un punto de inflexión cuando el PSOE presentó una moción instando al ayuntamiento a preparar un informe jurídico acerca del estado actual de las zonas saturadas que ha dado sus frutos.

En ese sentido, la mesa de trabajo que revisará las zonas comenzó a trabajar el 22 de marzo con varias medidas planteadas, de entre la que destaca la prohibición del uso de la declaración responsable para el inicio de la actividad en estos ámbitos.

Según Monge, los grupos municipales constataron que tenían que actuar «porque se estaba haciendo un evidente abuso de derecho y fraude de ley de la declaración jurídica de la declaración responsable», una maniobra con la que «están consiguiendo abrir bares, que llevaban 10 o 15 años cerrados, en una zona que sigue siendo saturada y en la que no se pueden abrir pubs de nivel de licencia 2. Se están abriendo con una licencia de menor categoría pero se está haciendo mal uso de esta licencia», recalca.

La prohibición se quiere aplicar antes del próximo verano, aprobando en el pleno la modificación de la ordenanza municipal de Medios de Intervención en la Actividad Urbanística (MIAU). De este modo, se equiparará a la Ley reguladora de los espectáculos públicos, actividades recreativas y establecimientos públicos de Aragón, que contempla solo la licencia de funcionamiento como título habilitante para levantar la persiana.

La diferencia entre una y otra es que la declaración responsable permite abrir al día siguiente de presentarla y esta última obliga a concederla o que no se pronuncie el consistorio en el plazo de un mes. En el caso de la MIAU, «no se prevé un régimen específico para las zonas saturadas, en lo que a los títulos habilitantes se refiere».

ALTERNATIVAS / No es la única cuestión que manejan. También se contempla la revisión de las zonas saturadas de la ciudad para adaptarlas a una realidad distinta a la que vivía Zaragoza hace ya 23 años, cuando se constituyeron. Se trataría, a grandes rasgos, de desautorizar zonas, rediseñarlas y descongestionar, además de incluir en la regulación el impacto acústico en la vía pública.

Precisamente, Monge muestra su satisfacción con un hecho que empieza a vislumbrar: que el ayuntamiento ha comenzado a mirar no solo de puertas de los locales para adentro, sino también afuera «ya que lo que se está produciendo son molestias en la calle que generan suciedad, altercados callejeros, destrozo de mobiliario urbano, orines, grafitos, peleas…».

Por todo ello, afirma el presidente que en el vecindario están «contentísimo» y «satisfechos» con estas primeras pinceladas trazadas desde el consistorio aunque, recalca, también están expectantes. «Esperemos que lo que consigamos es erradicar esta lacra que tenemos desde hace años, que se había paralizado y que ahora vuelve otra vez a resurgir. Estamos con bastante miedo de volver a vivir aquellas pesadillas de hace 30 años», subraya.

Uno de los asuntos que más preocupa en la actualidad a Monge es el paso del tiempo, y es que la cercanía al clima benigno de meses venideros le hace temer un repunte todavía mayor del problema de aglomeraciones en la vía pública. «Los vecinos, cuando me ven por la calle, me ruegan y suplican que agilicemos lo que estamos haciendo porque no quieren pensar volver a tener un verano como el que tuvimos el año pasado», afirma preocupado.

El fin de semana pasado, con un clima ciertamente benigno comparado con el que se está viviendo en la ciudad, la presencia de jóvenes en Maestro Marquina era palpable, especialmente a partir de las dos de la madrugada. Sin embargo, para Monge, lo que se está viendo estos días es «una media entrada» de lo que podría ser cuando llegue el buen tiempo.

Antes de la 1 de la madrugada, la Policía Local se presentó en la zona, identificó a algunos de los allí presentes y despejó la calle. No obstante, minutos después de que abandonaran los agentes el lugar, la zona volvía a encontrarse en el mismo estado.

Sobre estas aglomeraciones señala como principal culpable a un local que se encuentra en la calle Maestro Marquina y «que es el que está causando todo el botellón». También pone el acento en un after en la calle Perpetuo Socorro del que, según relata, sus clientes causan de madrugada «altercados callejeros, peleas, gritos y una sensación horrorosa cuando bajas a las 8 o 9 de la mañana a tomar un café».

Esta misma historia se repite cada fin de semana y puente festivo.