Desde que las facultades de Medicina y Ciencias se mudaran al campus de San Francisco en la década de los 70, el céntrico edificio del Paraninfo comenzó su declive, acentuado con el paso del tiempo en mayor parte de sus cerradas instalaciones. A excepción de la biblioteca, del salón de actos y de alguna otra estancia utilizada por el equipo de gobierno de la universidad, que sí han gozado de algún mantenimiento, el resto, cubierta incluida, ha acumulado filtraciones, humedades y desidia.

Desde hace más de 20 años, los sucesivos rectores han planteado la necesidad de adecuar el edificio y darle el uso de representación que merece por su valor histórico y su situación privilegiada; sin embargo, la prioridad de otras obras urgentes, como la ampliación de Ciencias, la nueva sede de Empresariales, la mejora de Veterinaria o la biblioteca de Humanidades dejaron fuera de presupuesto al paraninfo en el plan Universidad 2000, que ha invertido 90 millones de euros en la modernización de los edificios universitarios.

Ahora, en el nuevo plan negociado con la DGA, el edificio de Magdalena parece que contará, por fin, con dinero para su recuperación.

Los primeros planes elaborados por los arquitectos Pemán Y Franco hablaban de una necesidad de 13 millones de euros, que el año pasado ya era 18. Con el nuevo proyecto adjudicado en julio, la cifra aumentará de nuevo.

Por el momento, en las arcas de la universidad sólo están los convenios firmados con entidades privadas para actuaciones concretas en el edificio; un grupo de 14 empresas de Zaragoza aportarán 360 euros y el Banco Santander Central Hispano pondrá otros 600.000, éstos para rehabilitar el aula magna.

Entre los parches más destacados a que ha sido sometido el Paraninfo se encuentra el completo de repaso de la cubierta, aleros y sótanos realizado entre el 2002 y el 2003, cuya factura ascendió a un millón de euros. Con esa actuación, el edificio quedó a salvo de humedades y carcomas, listo para esperar su completa rehabilitación.