De tu ventana a la mía, una película de pequeño presupuesto pero con una factura impecable marcó un antes y un después en el cine en Aragón. Fundamentalmente, porque fue la constatación (la demostración palpable a los incrédulos) que desde Aragón se puede hacer y producir cine con profesionales de aquí y traspasar las fronteras. Detrás de aquella película estaba Paula Ortiz, la punta de lanza del nuevo audiovisual aragonés que con La novia (su segunda producción) convirtió la gala de los Goya de hace dos años en una cita con marcado acento aragonés.

Ortiz trabaja ya en su próximo proyecto con el que dará el salto al mercado internacional (se rodará en inglés) pero tras su estela hay varios cineastas que apuestan por sacar adelante sus proyectos de cine.

De gran mérito es la carrera de Pablo Aragüés que desde el cortometraje (que le llevó incluso a Cannes) dio al salto al largo con diferentes proyectos (sel último fue Novatos con el que llegó a las salas de cine) desde los que siempre ha luchado por dar el salto. Ahora prepara 1.200 almas, un thriller en el que contará con Jean Reno que será la primera incursión del francés en el cine español.

MACIPE, URRESTI, ESTAREGUI...

De larga trayectoria también es la carrera de Gaizka Urresti que, curtido en los cortos, vio su momento de pasar al largometraje cuando ganó el Goya por Abstenerse agencias. Algo que le llevó a apostar por un producto completamente aragonés en forma de comedia, Bendita calamidad, basado en la novela de Miguel Mena.

Pero si un nombre está sonando con fuerza llamado a hacer grandes cosas en el audiovisual es el de Javier Macipe. Con su cortometraje Os meninos do rio, rodado en Oporto, no solo conquistó el mundo (fue seleccionado en multitud de festivales) y fue nominado a los Goya de hace dos años sino que puso de relieve su particular maestría detrás de la cámara para contar historias, algo que ya demostró con Los incovenientes de no ser Dios, que pasó, lamentablemente, casi desapercibido.

Quedarse en el paro le sirvió a Ignacio Estaregui para lanzarse a su primer largometraje para el que contó con el malogrado Álex Angulo que le dio lustre a Justi&Cia, una película que no dejaba títere con cabeza. Cuatro años después de que la comedia llegara a las salas, Estaregui ya está rodando su segunda producción en forma de largometraje, Miau.

En el terreno de la comedia uno de los que mejor se ha sabido mover es Miguel Ángel Lamata que con Nuestros amantes (su último proyecto que llegó a las salas de cine) creó una postal de la comunidad que vendió al resto de España. Y en Aragón también ha nacido uno de los directores nacionales que más espectadores está llevando a las salas de cine actualmente, Nacho García Velilla. Si bien su carrera, sobre todo en cuanto a producción, se ha forjado fuera de Aragón, lo cierto es que casi todas sus películas han sido taquillazos y, actualmente, se encuentra inmerso en Perdiendo el este, una cinta que se está rodando en Hong Kong y que es la continuación de Perdiendo el norte. Con Villaviciosa de al lado, rodada buena parte de ella en Aragón, puso sobre la mesa que no siempre la respuesta del público está relacionada con la de la crítica. Y eso es algo que él, para bien o para mal, siempre ha tenido presente.