La industria del textil y la moda de Aragón debe encontrar su propio camino para adaptarse. No debemos pensar que la industria 4.0 es exclusiva de las grandes corporaciones con productos muy tecnológicos. Tenemos que entrar sin complejos en la cuarta revolución industrial.

La venta es omnicanal. Las tiendas on line y marketplaces no son el enemigo a combatir, son el ene-amigo al que tener aún más cerca. La imagen digital es importante, pero no lo es todo. Debemos innovar en el retail creando experiencias de compra diferenciadas.

Un enemigo más real es la contaminación. Hay que asumir el reto de pasar de una economía lineal (producir-usar-tirar) a una circular que diseñe materiales pensando en su reutilización como materia prima u otros usos.

Y es el cambio climático, que tanto impacto tiene sobre las ventas del sector, quien lleva a preguntarnos: ¿sigue teniendo sentido vender la colección de verano en el mes de febrero o debemos realinear el momento de la oferta al momento de la demanda?

El verdadero reto es el papel de las instituciones para que todo esto sea posible y lo sea aquí en Aragón.