La viabilidad de las escuelas infantiles privadas está «en riesgo» y el futuro pinta «muy negro» para este sector debido a la crisis desatada por el coronavirus. Estos centros todavía no pueden abrir sus instalaciones dado que las medidas de distancia social, al tratarse de niños tan pequeños, es «imposible» garantizarlas. «Nuestra preocupación ahora es si podremos aguantar tanto tiempo cerrados y, en el caso de abrir, tendremos que hacerlo con unas ratios más bajas y, por lo tanto, los ingresos también caerán», señalaron fuentes de la Patronal Aragonesa de Centros de Educación Infantil (PACEI). «Muchas familias lo están pasando mal y nosotros no podemos subirles ahora las cuotas, pero quizás sí podrían valorarse algún tipo de ayudas», señalaron.

La mayor parte de los centros privados de Educación Infantil, que no cuentan con subvenciones, han tenido que realizar ERTES con sus trabajadores, mientras que, por otro lado, han tenido que seguir pagando alquileres. «Estamos locos por abrir, tenemos Epis, desinfección garantizada y todo, pero la distancia social entre niños y profesor es un hándicap que no podemos cumplir. Hemos tenido que pedir préstamos ICO para subsistir», indicaron.

La incertidumbre es «total» a lo que pasará en los próximos meses y desde PACEI indican que la posibilidad del cierre de centros «se habla todos los días» dada la situación. «Cada uno estará hasta que pueda aguantar», señalaron.

Centros "alegales"

Mientras tanto, el otro «daño directo» a los centros infantiles privados y regulados sigue estando en instalaciones «alegales» como jardines de infancia, centros de ocio o ludotecas, que sin autorización para dar la enseñanza a niños de 0 a 3 años sí imparten cursos o talleres. «Están en un limbo, no hay una regulación que determine su actividad. Pueden hacer lo que quieran y nos hacen una competencia desleal. Se debería regular en algún momento», indicaron.