La reducción de la velocidad a 90 kilómetros por hora en las carreteras convencionales entra hoy en vigor, después de que hace un mes lo aprobara el Consejo de Ministros con la premisa de reducir al máximo posible los accidentes mortales. Una modificación que afecta a 918 kilómetros de los 11.000 que componen la red principal aragonesa. Menos de un 10% de las vías, y en las que sin embargo se produjeron el 16% de las víctimas por siniestralidad vial del año pasado.

Ayer se sustituyeron las últimas señales en las tres provincias aragonesas. En Huesca las de los puntos kilométricos 205 y 816 de la N-240, mientras que Teruel se cambió la que quedaba en pie en la N-234 y EN Zaragoza en el kilómetro 339 de la N-II en el término municipal de Aljafarín en sentido a la capital aragonesa

En total se colocaron 280 nuevas señales en 918 kilómetros de las tres provincias: Huesca cuenta con 241 kilómetros de carreteras convencionales y 47 nuevas señales; la de Teruel con 491 kilómetros y 183 señales y la de Zaragoza con 186 kilómetros y 50 señales, según el propio Ministerio de Fomento.

La limitación a 90 kilómetros por hora también afecta a varias vías gestionadas por el Gobierno de Aragón. Un centenar de señales han sido modificadas con la entrada en vigor de esta normativa.

SINIESTRALIDAD / En el 2018 perdieron la vida 63 personas en todo Aragón. Por tipos de vías, el mayor número de siniestros mortales, 20 víctimas, se registró en las nacionales, frente a las 18 en carreteras autonómicas y tres en caminos vecinales y carreteras provinciales. En las autopistas y autovías fallecieron 17 personas, siendo la A-23 que recorre la comunidad de norte a sur la más peligrosa. Del total de víctimas mortales, diez circulaban en tramos de vía limitados a 100 kilómetros por hora y que ahora será de 90. En Zaragoza, dos personas murieron en la N-232 en Fuentes de Ebro; una en la misma vía a la altura de El Burgo; otra en la A-221 en Sástago y dos más en la A-125 en diferentes siniestros ocurridos en Ejea de los Caballeros. En cuanto a la provincia oscense, de los 23 muertos en total, solo dos ocurrieron en este tipo de vías. Una persona perdió la vida en la cfarretera N-II en Fraga y otra en la N-240 en Barbastro. En Teruel perdió la vida una persona en la N-234 y otra en la A-1415 en Andorra. Casi una veintena de los fallecidos en este tipo de vías convencionales ha sido como consecuencia de una colisión frontolateral entre varios vehículos, siendo la salida de vía la otra circunstancia más repetida en la siniestralidad vial.