Dos años después, la investigación ha logrado esclarecer buena parte de la trama yihadista que planeó y ejecutó los atentados del 17 de agosto en Barcelona y Cambrils. No obstante, aún quedan varios elementos sobre los que las pesquisas no han logrado arrojar luz. Alerta spoiler: ninguna de ellas alimenta teorías conspiratorias.

1. ¿Hubo un cerebro exterior de la trama?

Desde el principio, los investigadores están convencidos de que el imán Abdelbaki Es Satty y los jóvenes de Ripoll estaban teledirigidos desde el exterior por algún tipo de mando superior del Estado Islámico. La rapidez con la que ese grupo terrorista se atribuyó el ataque en sus medios oficiales, en concreto en Amaq News Agency, la agencia oficial, indicaba que podía tener conocimiento de que algún tipo de acción se preparando en esos días en la capital catalana.

Además, el propio imán, en el texto que tenía preparado a modo de reivindicación en una libreta de tapas verdes localizada entre las ruinas de Alcanar describía al grupo como «Soldados de Estado Islámico en la tierra de al-Andalus». Como señalaron los expertos en yihadismo Fernando Reinares y Carola García Calvo, en un informe del Real Instituto Elcano, todo «sugiere ausencia de contacto directo entre la célula y el aparato de propaganda de Estado Islámico en Siria. Por otra parte, la secuencia de viajes internacionales abren la posibilidad de que existiera algún vínculo con las tramas europeas de Estado Islámico».

Además, los investigadores creen que o Es Satty o algún otro miembro del comando recibieron formación para fabricar el explosivo, conocido como Madre de Satán. «Fabricar Triperóxido de Triacetona (TATP) es extremadamente complicado. El único caso en que terrorista lo ha conseguido por sí solo ha sido el noruego Anders Breivik y eso tras meses y meses de ensayos. Alguien con experiencia tuvo que enseñar a los miembros de la célula como se fabrica la madre de Satán. Porque no hay que olvidar que no les explota en el proceso de fabricación, sino que les estalla cuando ya han logrado fabricar casi 200 kilos», explica una oficial que participó en las investigaciones.

No obstante, la investigación, coordinada por el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu y llevada a cabo por Mossos d’Esquadra, Guardia Civil y Cuerpo Nacional de Policía no ha logrado determinar ni la identidad ni la ubicación del cerebro de esos ataques. Los hilos de los que se tiran son los viajes y llamadas de los miembros de la célula a Francia, Argelia, Marruecos y, especialmente, a Bélgica. Los investigadores creen que el imán pudo realizar el contacto con ese cerebro exterior mediante un teléfono iPhone que había borrado días antes del atentado y cuyo contenido no se ha logrado recuperar.

Las esperanzas en aclarar este punto están puestas en las comisiones rogatorias con peticiones de información enviadas a esos países y cuya respuesta se espera en las próximas semanas.

2. ¿Cuáles eran los planes de Es Satty tras los ataques?

Según han podido determinar los investigadores tras interrogar a Mohamed Houli Chemlal, el superviviente de la explosión de Alcanar, el imán dio a entender al resto de miembros de la célula terrorista que su intención era inmolarse con un chaleco bomba. No obstante, los policías lo dudan. La razón principal es que Es Satty había vaciado totalmente su vivienda. «Solo había dejado dos camisas», cuenta uno de los policías. «Todas sus pertenencias, su documentación y sus libros estaban dentro de su furgoneta. Toda su vida estaba allí», explica.

El vehículo estaba aparcado en Sant Carles de la Ràpita y no en Alcanar, como si quisiera ocultárselo al resto miembros del comando. « Si vas a suicidarte, ¿para qué te tomas esas molestas de vaciar tu casa? Lo que creemos es que iba a usar a los jóvenes y que él iba a irse, lo que no sabemos es a dónde ni para hacer qué», comenta el policía..

3. ¿Quería reventar el pantano de Riudecanyes?

Mohamed Houli Chemlal relató durante los interrogatorios que el imán les dijo que iban a atentar contra monumentos religiosos, posiblemente en la Sagrada Família. El primer análisis de los ordenadores de los miembros de la célula y de documentos llevó a determinar que otros objetivos de la célula podían ser el Camp Nou durante el partido entre el Barça y el Betis de la primera jornada de Liga, que se disputaba el 20 de agosto, y la Torre Eiffel.

Los investigadores encontraron divergencias entre las búsquedas de posibles objetivos que realizaban los miembros jóvenes de la célula y las del imán. Así, mientras que estos buscaban discotecas de homosexuales, quizá pensando en reeditar una masacre como la del Bataclan en París, Es Satty buscaba en Google información sobre la tomatina de Buñol, el museo del Ejército en el Alcázar de Toledo y, muy especialmente, el pantano de Riudecanyes. En concreto, sobre ese embalse, se realizaron 215 búsquedas, según reveló días atrás Diari de Tarragona.

Esas búsquedas, sumadas a que el comando tenía una casa en esa localidad llevaron a los investigadores a sospechar que el imán podía tener como verdadero objetivo del ataque colocar una gran cantidad de explosivo y reventar el pantano. «No descartamos que creyera que así podía liberar una enorme cantidad de agua que inundaría en pocos instantes la localidad de Riudecanyes matando a muchos de sus habitantes», comenta un investigador.

4. ¿Había otro comando listo en Francia?

Francia juega un papel fundamental no del todo esclarecido en la trama. Para empezar, Younes Abouyaaqoub, el autor del atropello, viajó tres veces entre julio y diciembre del 2016 a Francia. Y días antes del atentado, varios miembros del grupo viajaron a París donde tomaron numerosas fotografías de emplazamientos de aglomeración de turistas -los investigadores creen que obedecía a la intención de atentar en la Torre Eiffel-. Además, hay 52 búsquedas sobre «atracciones imprescindibles en París».

En febrero del 2018, la policía francesa detuvo a dos personas que se habían reunido en el país con Driss Oukabir, uno de los tres procesados por los atentados y hermano de Mussa Oukabir, uno de los terroristas que fue abatido en Cambrils.

La última pista francesa apareció cuando Mohamed Houli Chemlal declaró durante uno de los interrogatorios que el imán les había asegurado que en la acción terrorista no estaban solos, sino que en Francia había un imán como él que tenía también un comando de jóvenes a punto de actuar. Por el momento se desconoce si las pesquisas han logrado determinar o no la existencia de ese grupo, aunque no se descarta que fuera una fabulación del imán para convencer a los jóvenes.