ETA atentó en Aragón durante 31 largos años (desde 1979 al 2010) en los que asesinó a 16 personas y dejó centenares de heridos. Se estrenó en Aragón hace 38 años, el 23 de agosto de 1979, cuando colocó una bomba en la Société Générale de Banque d’Espagne. Fue un comienzo suave, sin víctimas, dado el historial del grupo armado, pero en 1987 obtuvo un récord mortífero al acabar con la vida de un total de 13 personas.

En uno de los atentados de aquel año, en el de San Juan de los Panetes, resultó herido Enrique García Arias, un capitán de la Guardia Civil al que las secuelas físicas del estallido impidieron seguir en la Benemérita. Otras 39 personas más resultaron heridas y dos militares fallecieron después de que explotara un coche-bomba al paso de un autobús militar por dicha plaza. Para García Arias este comunicado de la banda terrorista es una «tomadura de pelo, típica de ETA». «Vuelven a ningunear a las víctimas, a dividirnos en dos tipos y en hablar de un conflicto como si hubiera sido una guerra». lamenta a este diario. Este hombre que tuvo que reinventarse profesionalmente mantiene que ETA busca «maquillar» su historia de cara a las nuevas generaciones. «Los jóvenes de ahora no se acuerdan del dolor que hubo y ellos lo saben, por ello intentan vender una historia falsa», señala, mientras lamenta «que haya políticos que defiendan el respeto a la memoria histórica de la guerra civil y no hagan lo mismo con lo que sufrimos nosotros».

FOTOS CON OTEGUI / Del mismo modo se pronuncia José de Jesús Caballero, padre de José Ángel, uno de los dos guardias civiles (la otra fue Irene Fernández) que resultaron muertos en el 2000 en el municipio oscense de Sallent de Gállego. «Quieren manipular la historia para luego ser tan bien recibidos como Otegui, quien parecía una estrella en Barcelona cuando todo el mundo quería hacerse una foto con él, siendo que pertenece a una banda asesina», recalca.

También lamenta la forma en la que han pedido perdón «porque se atreven a diferenciar entre tipos de víctimas». «Es igual de víctima un guardia civil que alguien de la calle, es muy triste que una niña muera en un atentado contra la casa cuartel de Santa Pola y como es hija de un agente del instituto armado no merezca perdón por su muerte».

Para De Jesús, el comunicado de ETA «vuelve a ser un acto más de cobardía». «Los que pegaban tiros en la nuca no se han dignado ni en dar la cara para pedir perdón, por ejemplo, con una rueda de prensa en la que no fueran encapuchados», afirma.

Una prueba más de «la pantomima de los asesinos» es, en opinión de De Jesús, cuando los terroristas y su entorno «realizan homenajes a los presos cuando salen de la cárcel, sigo sin entender eso de aplaudir a un asesino». «Espero que no vuelvan a matar», desea De Jesús.

ÚLTIMO ASESINATO / Al año siguiente del atentado contra estos dos agentes, en el 2001, se produjo la última víctima mortal en Aragón a manos de ETA. Fue el presidente regional del PP, Manuel Giménez Abad, que en ese momento iba acompañado de su hijo Borja para presenciar el partido que el Real Zaragoza jugaba contra el Numancia esa misma tarde en La Romareda.

Su otro hijo, Manuel, reconoce que el comunicado le ha producido «cierta alegría, porque ETA está en la situación en la que está no por que ellos lo hayan decidido, sino porque todo un país les ha arrinconado y derrotado».

El asesinato de su padre es uno de los 300 crímenes cometidos por ETA cuyo autor sigue siendo una incógnita y, por tanto, no se ha podido hacer justicia. Ante ello, Manuel Giménez Larraz señala que el paso siguiente a este comunicado podría ser el esclarecimiento de esos atentados, si bien «sinceramente dudo que eso se llegue a producir en algún momento». «Solo espero que se den cuenta de que el uso de las armas no cabe en un estado democrático, ya que no legitiman las ideas», asevera.

AVT / Desde la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), su delegado en Aragón, Carlos Martín Posadillo, destaca que el comunicado «es una estrategia más para maquillar su historia y para internacionalizar sus reclamaciones». «Hablan de conflicto como si esto hubiera sido una guerra entre bandos, pero de eso nada. Solo ha habido asesinatos».

Este hombre, que perdió a su padre en 1989, solicita a ETA que den el paso de denunciar quiénes están detrás de cada asesinato sin resolver y de «entregar todas las armas que esconde en zulos, pero no hacer el paripé ese que hicieron dando hierros oxidados».

16 personas fueron asesinadas por la banda terrorista en la comunidad (25 de origen aragonés en España), si bien la cifra pudo haber sido mucho mayor. En el 2002 explotó un coche bomba en el Corte Inglés sin causar víctimas, en el 2005 atentaron con un lanzagranadas contra el aeropuerto de Zaragoza, obligando a desalojar la terminal y en el 2006 intentaron realizar un atentado en la AP-68 en Gallur.