Huesca es, desde el pasado lunes, otra ciudad. Las posibilidades que abre la victoria futbolística causan vértigo a sus habitantes y a sus representantes políticos, que tratan de discernir lo que se les viene encima.

El ascenso de la Sociedad Deportiva a Primera División ha creado una «situación nueva que la ciudad debe saber aprovechar», en palabras de su alcalde, el socialista Luis Felipe. Esta es la sensación que se ha extendido en las últimas horas en la capital oscense y en su provincia, donde el club de fútbol cuenta con numerosos seguidores.

Estar en Primera va a significar la llegada de miles de aficionados y una permanente atención de los medios de comunicación. Una ocasión de oro para promocionar el Alto Aragón, desde su patrimonio y naturaleza a la gastronomía, en una ciudad que ya cuenta con tres estrellas Michelin. Pasar de una fama nacional a una proyección internacional.

«Jugar en Primera División va a visibilizar toda la provincia, no solo la ciudad», subrayó ayer el regidor, una opinión compartida por los representantes de todas las instituciones.

El primer efecto, al margen del entusiasmo popular, ya se ha dejado sentir. El aeropuerto de Huesca-Pirineos registra más actividad, con los vuelos chárter registrados entre Huesca y Lugo, y a partir de ahora se espera que la infraestructura tenga un nivel más alto de utilización.

La fama de la ciudad, gracias al fútbol, se va a ver incrementada, no solo en España y Europa, sino en todo el mundo. Por eso Luis Felipe cree que ahora la clave va a estar en «saber administrar el cambio» que se ha producido. Pasar de ser un equipo más en la tabla de Segunda División, a figurar entre los grandes clubs de Primera va a requerir «ponerse las pilas».

De momento, el Ayuntamiento de Huesca se compromete a mejorar los equipamientos existentes junto al estadio de El Alcoraz, con el fin de que los seguidores vayan a ver a su equipo en las mejores condiciones.

«Aún no somos conscientes del gran impacto que va a tener el contar con un equipo en la mejor Liga del mundo», subraya Miguel Gracia, presidente de la Diputación de Huesca (DPH). Todos los aspectos por los que la ciudad y su provincia son conocidos se van a ver potenciados, destaca el responsable de la corporación, que ofrece ayuda institucional para promocionar la imagen de la capital y del territorio.

Para Manuel Rodríguez Chesa, presidente de la Cámara de Industria, Comercio y Turismo de Huesca, la «visibilidad ante el exterior» que otorgará la Primera División es el principal impulso derivado del triunfo deportivo.

En su opinión, habrá sectores que, como la hostelería, «tendrán que moverse» para atender la nueva demanda generada por los aficionados al fútbol. Los hoteles, por otro lado, también es más que probable que vean aumentada su clientela.

Claro que, apunta Rodríguez Chesa, la Sociedad Deportiva Huesca también tendrá que invertir en sus instalaciones para estar a la altura de las expectativas de la máxima división.

No es la primera gran noticia que recibe Huesca este año. A comienzos del 2018, el Ministerio de Defensa comunicó sus planes para reabrir el cuartel Sancho Ramírez, donde se instalarán entre 1.500 y 2.000 efectivos.

Pero, a diferencia de la instalación castrense, donde todas las magnitudes económicas pueden medirse, el impacto del fútbol será una incógnita durante mucho tiempo. Al menos hasta que se ponga en marcha la Liga, y se vaya viendo la afluencia que generan los partidos en la ciudad, no se tendrá una noción clara del cambio acaecido.