Las vacaciones de Semana Santa llegan con un aeropuerto en horas bajas, un tren de alta velocidad que une España y Francia pero que no para en Zaragoza, y unas comunicaciones por carretera que hasta cuando son por autovía entrañan un coste elevado en carburante para las mermadas economías familiares. Pero aún así la radiografía del turismo es positiva y le da a la DGA y al Ayuntamiento de Zaragoza para apostar por incrementar el número de visitantes extranjeros. Ambas administraciones coinciden en el impulso que le dará este año la declaración de interés internacional y apelan a los últimos datos oficiales para demostrar que la tendencia es creciente.

Así, la directora general de Turismo del Gobierno aragonés, Elena Allué, aseguró que el número de visitantes foráneos "se ha incrementado en un 50%" y que a nivel nacional lo está haciendo a una media "del 15%" en Aragón. Y aunque las pernoctaciones siguen oscilando entre los dos o tres días de promedio, confía en acercarse a los cuatro o cinco de horquilla que se maneja a nivel nacional. Estas, no en vano, han aumentado un 18% en el turista español y un 22% en el que viene de otro país. Así que la distinción para esta fiesta en Aragón, que solo tenían hasta ahora Sevilla, Zamora y Valladolid, acompañada de buen tiempo puede impulsar la escalada.