Uno de los deseos de los aragoneses en este comienzo de año es lograr una subida salarial. Así lo refleja en un informe una de las principales empresas de recursos humanos a nivel nacional. En concreto, según esta compañía, más de la mitad de los asalariados de Aragón desean ver crecer sus nóminas, algo que no es de extrañar si se tiene en cuenta que 255.285 aragoneses perciben menos de 900 euros al mes, según datos de la Agencia Tributaria del 2017. En otras palabras, el 43% de las personas que percibe un salario ingresa por su trabajo menos de 12.600 euros anuales, es decir, 900 euros al mes en 14 pagas.

Pero este anhelo se antoja complicado todavía. Y eso, a pesar de que se ha insistido en reiteradas ocasiones durante los últimos años en que es necesario que la recuperación económica -que se inició en el 2014- se traslade ya al bolsillo de los ciudadanos.

Como los deseos van por barrios, lo lógico es que quienes menos tienen hayan soñado en más de una ocasión que les toca la lotería de Navidad o la del Niño. Eso, o en su defecto, que consigan una subida salarial. En este colectivo se engloban los casi 100.000 aragoneses que ingresaron en el 2017 2.032 euros de media al año. También las 74.804 personas que elevaron esa cantidad a 7.436 euros anuales o los 81.158 que recibieron 12.741 euros de media. Todos por debajo de los 900 euros mensuales.

Y es que, esta barrera es la que ha establecido el Gobierno para fijar el salario mínimo interprofesional (SMI), una medida que ha generado muchas críticas y que, según algunos expertos, puede tener consecuencias muy negativas para el empleo en España. No opinan lo mismo las personas con las que ha hablado este diario y que aparecen en estas páginas, que han expuesto cómo son capaces de llegar a final de mes con esos ingresos.

La subida de los precios en los últimos años, que se sitúan lejos del estancamiento o retroceso registrado durante los años de crisis, tampoco acompañan a quienes perciben menos ingresos sean optimistas. El precio de la vivienda y del alquiler está detrás del incremento de los desahucios de inquilinos en los últimos años. Solo en el tercer trimestre del año hubo un 7,9% más de casos en la comunidad, según los datos del Consejo General del Poder Judicial.

CUBRIR NECESIDADES

Sea como fuere, los sindicatos consideran un «avance» la subida del 22% acordada por el Gobierno de Pedro Sánchez para el salario mínimo interprofesional (SMI), que con esta revisión se sitúa en los 900 euros mensuales. «Se trata de que se puedan cubrir las necesidades básicas», subraya Sonia García, secretaria de Acción Sindical de Comisiones Obreras.

En su opinión, la subida del SMI puede repercutir al alza en los sectores salariales que perciben ingresos más bajos. De momento, según García, el paso dado por el Ejecutivo constituye una buena medida frente a la desigualdad y puede servir de «empuje» en las negociaciones colectivas.

Las centrales sindicales recuerdan que el objetivo es conseguir que en el 2020 el salario mínimo se sitúe en los 14.000 euros brutos. Esta meta, calculan, podría tener como efecto una subida generalizada de los salarios, el factor que más se vio perjudicado durante la crisis económica y que no ha vuelto a alcanzar los niveles previos a la recesión.

Por su parte, Olga Gómez, responsable de Comercio de Osta, opina que la subida del salario mínima, pese a resultar «insuficiente», es «una decisión correcta». Desde su punto de vista, esta mejora será también positiva para los contratos formativos y de aprendizaje, así como para los puestos que se rigen por el Estatuto de los Trabajadores.

EL MERCADO LABORAL

Gómez discrepa de la opinión de los empresarios, que han denunciado que el alza del salario mínimo influirá negativamente en la creación de empleo. «No tiene nada que ver una cosa con otra, lo importante es crear empleo de calidad y superar los jornales de subsistencia», subraya.

Miguel Ángel Surroca, que dirige la Plataforma de pensionistas que reclaman subidas en las pensiones, cree que el incremento del SMI está «bien, pero resulta todavía insuficiente». Y recuerda que la Carta Social Europea fija un mínimo de 1.080 euros para vivir dignamente.

El SMI anterior a la subida, sostiene, «era de vergüenza». Ahora, sin embargo, España todavía está lejos de lo que se paga en Europa en cuestión de SMI. «Hay que subrayar que los malos salarios de hoy son las malas pensiones de mañana», dice Surroca.