PARTIDO POPULAR

Luis María Beamonte, presidente autonómico del PP, inauguró ayer su renovado liderazgo en la oposición atacando las costuras del pacto de gobernabilidad. Si Javier Lambán terminó sus réplicas vaticinando que se dedicarán a impulsar proposiciones no de ley para evidenciar las discrepancias de la coalición, el popular no hizo mucho por desmentirlo. Obviando a CHA y pasando de puntillas por Podemos, atacó igual (o más) al PAR que al PSOE, y en sucesivas intervenciones definió la alianza como «pacto de los sillones, Gobierno imposible, pacto de trileros» o «pacto esquizofrénico», entre otros apelativos. Aun así afirmó que su oposición será «seria y constructiva». Según la selecta cronología de la formación del Ejecutivo que expuso Beamonte, «Podemos tiene en la Fiscalía al PAR por el plan de depuración; el PSOE recurre a la extrema izquierda tras no amarrar otros espacios del centro-derecha; las presiones no sirven; el PAR se sorprende; la extrema izquierda pide precio, ¿cómo no iban a pedirlo?; el PSOE se resiste; el presidente del PAR marca líneas rojas, y amaga con buscar alternativas, aunque no hay quien se lo crea; el PSOE cede a la extrema izquierda, tras lo ocurrido en Madrid; el presidente del PAR, sin ponerse colorado, se vuelve rojo y se come las líneas rojas. Y aquí estamos». Beamonte reprochó a Arturo Aliaga que hiciese «asquitos» a pactar con Vox pero se haya acabando ligando a Podemos. «Para no gustarle los extremos, se ha lucido», indicó, acusándole de haber perdido la «credibilidad». Por lo demás, se dedicó a criticar el «cuajo» de Lambán por hablar de que ha cumplido el 91% de su programa, recordándole todo lo que a su juicio no ha hecho, comenzando por fomentar el crecimiento económico, y poniendo en duda por tanto que lo pueda hacer ahora con un Ejecutivo tan variopinto. Lambán, por su parte, afirmó que su liderazgo en la oposición es «una bendición para el PSOE», que se ha beneficiado de los 60.000 votos que han perdido en cuatro años, aunque malo para los aragoneses, que necesitarían a un PP más fuerte. También criticó la «ligereza» con la que habló de «sillones» cuando él le ofrecería «medio Gobierno» al PAR, además de que su partido entiende la «transversalidad» poniendo altos sueldos a sus socios, como a la concejala de Ciudadanos en Tarazona, precisamente. Además, Lambán afeó a Beamonte ser «excesivamente rígido en la ideología», pues los modelos ideológicos son «inconvenientes para la gobernanza».

CIUDADANOS

El portavoz de Ciudadanos, Daniel Pérez Calvo cuestionó el proyecto político del tetrapartito, que formará «un Gobierno de retales que puede romperse por las costuras». Esta fue la tesis de uno de los dos oradores que ayer se estrenó en la tribuna de las Cortes. Lo hizo con su particular estilo, alejado de grandes disquisiciones políticas y con un buen número de comparaciones coloquiales y citas populares: de Woody Allen al jovencito Frankestein, pasando por Casablanca, José Mota y Mayra Gómez Kemp. Un discurso popular propio del periodista televisivo que en su día fue con el que alimentó su tesis de que el futuro Gobierno es «un barco que no flota y puede hundirse». Lambán, no obstante, agradeció el tono desde la discrepancia del candidato que tentó al principio para gobernar con el PAR y del que se encontró un no rotundo. El portavoz de Ciudadanos le reprochó que defienda al mismo tiempo el espíritu de la Constitución y pacte al tiempo «con quien quiere romper el espíritu del 78». Pérez Calvo no evitó parte del argumentario principal de Ciudadanos, anunciando que «sacará el colmillo» cuando vea amenazada la unidad de España. En este sentido, presumió de que su partido dice lo mismo en cualquier lugar de España, lo que fue cuestionado por Lambán al decirle que en estos tiempos de «federalismo cooperativo» no es lo más adecuado. Pérez Calvo reprochó a Lambán que le indicara que «aliarse con un partido que rechaza el autogobierno (en referencia a Vox) no es la mejor forma de iniciar la legislatura. A juicio del dirigente de la formación naranja, no hay nada mal ir en contra del autogobierno, pero sí en cambio lo espedir el derecho a la autodeterminación. El líder de Ciudadanos trató de despejar algunas de las contradicciones que a su juicio, y por el origen distinto de las cuatro formaciones que van a gobernar coaligadas, se pueden dar en el Ejecutivo. De este modo, le preguntó qué significa «modificar las pistas de esquí», o qué sucederá con las distintas posiciones que tienen los partidos del Gobierno en materia hidráulica. Para Pérez Calvo, el tetrapartito es una «unión temporal de partidos de supervivencia» que además incrementará el gasto político. Lambán le recordó que ese argumento ya no cuela porque Ciudadanos es el primero que cuando accede a las instituciones no renuncia al dinero que les corresponde, y puso de ejemplo el edil de Tarazona que, a consecuencia de su pacto con el PP, tendrá una remuneración muy elevada.

VOX