Las primeras declaraciones los imputados por el caso del Yak-42 ponen de manifiesto la verosimilitud de las sospechas acerca de las identificaciones y traslados de las víctimas. Oído lo oído ayer, y por más que el general Navarro exculpara ayer a Federico Trillo, el exministro de Defensa debería abandonar cualquier cargo público, y en concreto entregar su acta de diputado. La investigación judicial determinará las responsabilidades en ese ámbito, pero desde un prisma meramente ético, estético y político, la cerrazón del popular a asumir la situación con dignidad resulta ya hiriente y excesiva.